Fotografía de la izquierda por José Celis (X: @josegacel) y fotografía de la derecha por Diana Delgado (Ig: @diadel.jerez)

La Coordinadora Futbolera y Feminista de Colombia, colectivo integrado por barras feministas de distintos equipos del país, desplegó nuevamente su campaña #LigaFemeninaDignaYa en afiches, pancartas y redes sociales, en cuatro de los cinco partidos que disputó la selección Colombia en la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA: contra Camerún el 3 de septiembre, en Bogotá, donde se mostró la pancarta con el hashtag, dentro y fuera del estadio; contra México, tres días después, en Medellín, en el que empapelaron el estadio Atanasio Girardot; y el tercero y cuarto en el estadio Pascual Guerrero de Cali, nuevamente con la pancarta dentro del recinto y con pósteres fuera de él.

La Coordinadora creada en 2019 por mujeres hinchas del fútbol, busca desde diferentes instancias, hablar del fútbol femenino colombiano y de los derechos de las mujeres. Su campaña insignia, #LigaFemeninaDignaYa, tiene como objetivo denunciar la precarización que hay en el contexto futbolístico femenino del país, y hacer una solicitud a la Federación Colombiana de Fútbol y a la Dimayor para establecer una liga profesional femenina que cuente con condiciones dignas.

Diana Delgado, integrante del Colectivo Feminista Escarlata (barra feminista del América de Cali), de la Coordinadora Futbolera y Feminista de Colombia y quien participó del diseño de la iniciativa, habló sobre ella, lo que la precede y lo que cree que puede venir.

¿De qué se trata la campaña #LigaFemeninaDignaYa y qué pretenden con ella?

Lo que buscamos es una liga que cuente con las condiciones para que las mujeres puedan competir y, entendiendo que hay diferentes situaciones que obstaculizan la profesionalización del fútbol femenino en el país, evidenciamos tres aspectos importantes: el primero es sobre las dirigencias del fútbol y la forma en que establecen los requisitos para participar en la liga, porque, por ejemplo, el equipo femenino que quiera inscribirse tiene que estar vinculado a un equipo masculino existente, lo que impide que las mujeres puedan constituir equipos desde dinámicas empresariales, sociales, etc. En segundo lugar y según un informe de la Superintendencia que salió el año pasado, hay condiciones laborales precarias asociadas a los salarios: hay jugadoras a quienes les pagan el mínimo, a algunas menos de eso y a otras hasta con bonos laborales; creemos entonces que se deben mejorar las condiciones porque a muchas de estas mujeres les toca ir a entrenar, jugar y después dedicarse a otra cosa para subsistir. Por último, está la continuidad de la liga que, la verdad, es agotador estar preguntando qué pasó, por qué no ha empezado, etcétera. Este año la Dimayor determinó que sólo habrá un torneo al año, además con unas condiciones ridículas: terminaron la fase de todas contra todas, jugaron octavos y demás, y la final fue un mes después. Y nadie dice por qué, cómo, cuándo tomaron esas decisiones.

Entiendo que este es el relanzamiento de la campaña. ¿Durante este tiempo se ha podido establecer alguna comunicación con la Federación o con la Dimayor para hablar sobre el tema?

El diálogo ha sido nulo y ha sido difícil acceder a estos espacios. El Mindeporte hace dos años realizó unos encuentros para hablar sobre el fútbol femenino en varias regiones, pero fue muy difícil que nos dejaran asistir como hinchas. Sí hemos participado en encuentros que ha facilitado, por ejemplo, el Mininterior cuando convocó, para la Comisión Internacional del Fútbol, un espacio al que invitó a las barras futboleras. Lastimosamente la respuesta de los dirigentes del fútbol fue negativa e indicaron que ellos no se iban a sentar con las barras ni con aficionados. Además, a las jugadoras profesionales las mantienen muy presionadas con el asunto, como el caso de Yoreli Rincón y otras que han hablado hasta de vetos en el fútbol nacional. Entonces, aunque en la mayoría de encuentros que hemos generado sí hemos invitado entidades y organizaciones nacionales e internacionales, con la Federación o la Dimayor ha sido nula la comunicación.

¿Por qué en el partido en Medellín de la selección sub-20 contra México no hubo trapo?

Nosotras tenemos tres trapos (que dicen #LigaFemeninaDignaYa): uno está en Manizales, otro en Bogotá y el tercero en Barranquilla. Decidimos no sacar el trapo porque la FIFA es súper estricta y prohíbe carteles, pancartas, arengas, etc. Aun así, las chicas de Medellín se organizaron para empapelar todo el Atanasio, y también otras empapelaron el Pascual para los partidos que se jugaron en Cali. Además, en el afiche está toda la insignia de la campaña y el #FueraJesurún que intenta vincular esas dos cosas: Ramón Jesurún (presidente de la Federación Colombiana de Fútbol) es un dirigente negligente y tiene cuestionamientos por temas como la reventa de boletería, la forma organizativa, el rechazo a los recursos del Mindeporte, por el trato hacia las chicas de manera despectiva indicando que son amateur, y por lo que pasó en la final de la Copa América cuando golpeó a una mujer policía. Pero acá las autoridades no se pronuncian y las instituciones siguen haciendo convenios y siguen firmando con él.

Durante el torneo se rompieron varios récords de asistencia a los partidos, siendo el más importante el del encuentro de cuartos de final en el Pascual Guerrero con 37.382 asistentes. ¿Qué tan diciente consideras que es esto frente a lo que denuncian y piden desde la Coordinadora?

Lo que se vio durante los partidos demuestra que la gente sí está dispuesta a asistir a ver fútbol femenino. La respuesta es muy positiva y dice que el fútbol femenino sí es bueno, sí vende, está en crecimiento y necesita más apoyo. Aun así, los comentarios y exigencias en redes sociales y demás por la eliminación de las chicas demuestran la desconexión con el contexto del fútbol colombiano practicado por mujeres, que va de la mano con lo que sucede con la liga: un periodo muy corto, con problemas de logística para entrar a los estadios, con trabas para los diferentes equipos, excusas frente a costos con los que señalan que, supuestamente, no es rentable, etc., cuando evidentemente no es así, pues a la FIFA le fue muy bien con este Mundial Sub-20, e incluso ya anunciaron que el Mundial Sub-17 se realizará aquí el próximo año. Entonces todo lo que pasó en este torneo muestra el fenómeno alrededor del fútbol femenino, pero, además, evidencia las pésimas condiciones organizativas a las que se enfrentan las mujeres que practican el fútbol.

Terminada la participación de Colombia en el mundial, ¿qué balance hacen del recibimiento de la campaña en el país?

Nuestra campaña ha tenido mucha resonancia. Aún faltan algunos partidos por jugar de este mundial, entonces tenemos varias cositas qué hacer en las canchas y alrededor del fútbol, pero sentimos que pusimos a sonar toda esta inconformidad en torno a la realidad de la liga femenina en Colombia. A pesar de que se nos escapó de las manos un triunfo, creemos que el balance sobre el fútbol femenino, la calidad de las jugadoras y sobre el Mundial es muy positivo. Sabemos que esto puede seguir creciendo con ayuda de diferentes instituciones, pero sobre todo garantizando condiciones para que haya una liga digna para las mujeres.