En la UdeA la paz se contrata, pero no llega ni al 1 % del presupuesto general

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7 noviembre, 2024
Por: Daniela Mosquera Agudelo | daniela.mosqueraa@udea.edu.co, Jhon Stiven Ospina Cardona | jhon.ospina1@udea.edu.co, Valentina Urrea Aristizabal | valentina.urrea1@udea.edu.co y Santiago Bernal Largo | santiago.bernal2@udea.edu.co

En junio de 2024 se agudizó la crisis financiera de la Universidad de Antioquia. Desde la administración central, se ha hecho un llamado a tomar medidas de austeridad para solventar la crisis. Surgen preguntas sobre cómo se pueden ver afectados los proyectos de paz en esta situación.

Disección de una crisis de antes y de ahora

Entre 2018 y 2023, la Universidad de Antioquia ha hecho 64.766 contratos, en las modalidades de compraventa, consultoría e insumos, de los cuales 573 corresponden a proyectos e iniciativas dirigidas a la construcción de paz y memoria. La inversión en iniciativas de este tipo ha sido de 7.700 millones de pesos, que representa apenas el 0,44 % del total de presupuesto de gastos, que en 2023 asciende a 1,7 billones de pesos. En comparación, un solo contrato con la CIS (Corporación Universitaria de Servicios) realizado en 2021 tiene un valor más alto (7.900 millones) que todos los contratos de paz.

Durante este período, la Facultad de Comunicaciones y Filología (la unidad académica con mayor número de inversión en contratación) ha suscrito 238 contratos, acumulando un total de 509 millones de pesos, es decir, un 6,6 % del gasto total en contratos sobre paz de la UdeA. 2021 fue el año con mayor cantidad de contratos, con un total de 109, de los cuales 50 también fueron de la FCF. La siguiente gráfica expone todos los contratos relacionados a temas de paz y conflicto entre 2018 y 2023, divididos por año, la dependencia y el tipo de contratación:

Gráfica 1: Número de contratos relacionados a temas de paz y conflicto por dependencia.
Fuente: Elaboración propia con archivos de contratos UdeA.

Si bien se podría decir que la suma destinada a la contratación relacionada con paz y memoria en los últimos 6 años no es tan baja, al compararla con el presupuesto general de la Universidad solo para el 2024, se observa que el porcentaje es tan mínimo que, habría que multiplicarlo 216 veces para igualar esta cantidad. El presupuesto total desde 2018 hasta 2023 es de 7,1 billones de pesos, lo que significa que la contratación para la paz representa solo el 0,10 %. En ninguno de los años los contratos destinados a temas de paz logran superar el 1 %.

Gráfica 2: Porcentaje entre el valor de los contratos relacionados a temas de paz y conflicto en relación al presupuesto general de la universidad por año.
Fuente: Elaboración propia con archivos de contratos UdeA y con los informes financieros de la UdeA.

Tabla 1: Porcentaje entre el valor de los contratos relacionados a temas de paz y conflicto en relación al presupuesto general de la universidad por año. 

Fuente: Elaboración propia con archivos de contratos UdeA y con los informes financieros de la UdeA.

La paz: un tema recurrente en la UdeA

La Universidad de Antioquia es una institución que, históricamente, le ha apostado a la construcción de paz y memoria como uno de los ejes centrales en el ámbito de la docencia y la investigación. Los proyectos con este enfoque han llegado a distintos territorios, teniendo un alcance significativo en ellos. Sin embargo, ante las recientes medidas de austeridad por la crisis financiera, vale la pena preguntarse: ¿Qué pasará con estos proyectos?

El 20 de junio de 2024, La vicerrectoría general de la Universidad de Antioquia publicó una circular en la que anunciaba la implementación de unas medidas de austeridad para contener la crisis financiera que ha afrontado desde los últimos años, y que este año se agudizó, cuando en mayo la universidad anunció que se retrasaría el pago de nómina. «Acogiendo el llamado y las orientaciones del Consejo Superior Universitario (…) compartimos un primer grupo de medidas y recomendaciones orientadas a recuperar la liquidez de la Universidad en el corto plazo y garantizar la sostenibilidad financiera de mediano y largo plazo

En las medidas contempladas en la circular firmada por el Vicerrector general – para ese momento ejerciendo funciones de rector – Elmer de Jesús Gaviria Rivera, se incluyen: la suspensión de contratación de profesores vinculados, ocasionales, de cátedra y de empleados para actividades especiales con cargo a los fondos generales; la reducción de horas cátedra en el plan de trabajo de los docentes; y la reducción de gastos de transporte, viáticos, insumos, publicidad y uso de TIC.

En la gráfica se compara el presupuesto y el total de gastos de la Universidad por año, entre 2018 y 2023. Se observa que desde 2022 los gastos excedieron el presupuesto general, tanto que al año siguiente, los gastos lograron estar 59.500 millones de pesos por encima del presupuesto, es decir que la universidad tuvo que buscar otras maneras para solventar el dinero en el que se excedió en gastos.

Gráfica 3: Presupuesto histórico de la universidad en los últimos años, comparado con sus gastos.
Fuente: Elaboración propia con datos de los estados financieros de la UdeA.

Varias dudas persisten sobre las medidas de austeridad. Por ejemplo, ¿cómo se verán afectadas las actividades relacionadas con la investigación o extensión, especialmente aquellas vinculadas con procesos de memoria y construcción de paz en los que la Universidad ha sido pionera?

A lo largo de su historia, la Universidad de Antioquia se ha interesado en trabajar temas de paz, memoria y conflicto desde distintos ámbitos. Víctor Casas, coordinador de Hacemos Memoria, unidad de la Universidad que investiga y promueve un diálogo público sobre el conflicto armado y las violaciones de Derechos Humanos en Colombia, señala que «La Universidad de Antioquia ha estado históricamente comprometida con la paz, la memoria y el conflicto, no como una moda, sino como parte de su identidad».

En 2017, surge la Unidad Especial de Paz (UEP) como respuesta a la necesidad de las unidades académicas de contar con un espacio para coordinar y transversalizar acciones de construcción de paz que se implementan desde todas las unidades académicas, tras la firma del Acuerdo Final de Paz entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP. Fue creada formalmente en 2018 mediante una resolución del Consejo Superior Universitario. Su objetivo es articular, gestionar y fortalecer iniciativas de paz dentro y fuera de la universidad, enmarcándose en el Plan de Desarrollo Institucional 2017-2026, que promueve la paz, la equidad y la inclusión.

Álvaro Rodríguez, asesor de la Unidad Especial de Paz, afirma que la UEP es un hito innovador en el ámbito académico y administrativo, ya que «pocas universidades en Colombia cuentan con oficinas dedicadas específicamente a la construcción de paz. La UEP ha transformado la forma en que la universidad se relaciona con los territorios, promoviendo un diálogo de saberes. Este enfoque no se limita a la investigación o la práctica profesional, sino que busca redefinir la interacción con las comunidades y generar un impacto significativo y diferenciador en los territorios«.

Los proyectos de paz en los últimos años

En el marco de la planeación y ejecución del último Plan de Acción Institucional (2021 – 2024), la UEP ha impulsado tres proyectos asociados a la construcción de la paz, estos son: Paz al territorio: construcción social de la paz, La paz como objeto de estudio y Política pública y negociaciones de paz.

La gráfica muestra el presupuesto, la vigencia y los objetivos de cada uno de los proyectos realizados por la Unidad Especial de Paz entre 2021-2024. Allí se puede evidenciar que el proyecto con más presupuesto asignado es «Paz al Territorio: Contratación Social de la Paz», con 529.000.000 millones, la destinación de ese presupuesto, va dirigida a tres Ítems «contratación de personal, materiales y viáticos», al compararse con los otros proyectos, se observa que solo cuentan con 2 ítems, y ninguno de estos abarca por ejemplo, el tema de los viáticos.

Gráfica 4: Proyectos de la Unidad Especial de Paz de la última vigencia.
Fuente: Elaboración propia con la respuesta al derecho de petición dada por la Vicerrectoría General.

En el Informe de Sistematización del Archivo Digital de la UEP se menciona que desde su creación, la Unidad Especial de Paz ha implementado 171 acciones que abarcan desde la extensión universitaria hasta la incidencia en políticas públicas. Sus principales logros incluyen la creación de espacios de reflexión como la Semana Universitaria por la Paz y la ejecución de proyectos como la Cooperación JEP-UdeA y el Macroproyecto Mesa de Negociación ELN-Gobierno, que involucraron a 11 organizaciones campesinas e indígenas.

Además, la UEP ha consolidado redes de colaboración con 22 unidades académicas y 33 actores externos, incluyendo la ONU y la JEP, y ha impactado a comunidades vulnerables mediante proyectos de justicia transicional.  Esta gráfica muestra que unidades académicas como Ciencias Sociales, Humanas y Artes, tienen la mayor articulación con la UEP, ocupando un 64%. Y qué unidades académicas como Ingeniería y Ciencias Agrarias juntas, no llegan siquiera a un 10%. 

Gráfica 5: Representación de áreas de conocimiento en acciones de la UEP 2019-2024.
Fuente: Elaboración propia con datos del INER.

¿Se verán afectadas las actividades realizadas por la UEP como consecuencia de la austeridad?

En respuesta a un derecho de petición enviado por De La Urbe a la Vicerrectoría general, la Universidad de Antioquia especifica que para la vigencia 2024-2027, en el marco del PAI, la Unidad Especial de Paz orientará un único proyecto que engloba la apuesta de paz llamado: «Construcción de la paz en los ámbitos universitario, territorial y nacional, basada en la promoción de los derechos humanos, la democracia y la cultura de paz», mantendrá en términos de alcance temático y técnico la misma apuesta.

Por otro lado, en la respuesta al derecho de petición se informa que en términos operativos se debe realizar una reducción en actividades y presencia física en los territorios«El despliegue de las actividades en terreno relacionadas con los procesos de construcción de paz territorial que se acompañan se verá reducido (en intensidad de visitas y número de profesionales en terreno), así como los propios contextos territoriales y comunitarios en los que se focalizará la participación de la Universidad. La reducción de actividades y presencia física (con equipos de profesores y estudiantes), a propósito de las disposiciones de austeridad, se planea suplirlas por medios virtuales y metodologías de trabajo alternativo, de forma que no se afecten los impactos esperados en los contextos de intervención».

Este panorama ayuda a comprender cómo la UEP deberá actuar ante el régimen de austeridad, manteniendo su alcance y presencia en los territorios sin perder su impacto. Lo que puede llevar a preguntarse ¿qué tan efectiva será la implementación de estos proyectos en territorios desde la virtualidad?

El desafío es significativo, ya que para el período 2024-2 a 2027 cuenta con un presupuesto predestinado de 3.350 millones de pesos, que incluye la asignación de un porcentaje de los planes de trabajo de los profesores vinculados. En contraste, entre 2021 y 2024-1, el presupuesto total fue de 1.230 millones de pesos, sin incluir dicho concepto.

La gráfica muestra la comparación del total de recursos destinados a los proyectos de la Unidad Especial de paz, en las vigencias 2021 a 2024-1 y 2024-2 a 2027, en estos no se incluye la contratación de personal administrativo y la destinación de porcentaje de planes de trabajo de profesores vinculados, es decir, se tiene solo en cuenta la contratación de profesionales por contrato de cátedra, la compra de equipamiento, materiales, insumos, viáticos y transporte. Aclarado esto, se evidencia que hay un aumento de 109.159 millones, en el presupuesto destinado para el periodo 2024-2 a 2027.

Gráfica 6: Variación presupuestal en las dos vigencias de la UEP.
Fuente: Elaboración propia con la respuesta al derecho de petición dada por la Vicerrectoría General.

Álvaro Rodríguez, asesor de la UEP, respecto a las estrategias que se implementarán en el marco de la austeridad comentó que los profesionales, en este caso docentes: «están teniendo que asumir más docencia directa, menor extensión, menos investigación, entonces tienen menos capacidad de negociación en su plan de trabajo para destinar tiempo a la Unidad Especial de Paz.», lo cual representa una reducción en «recursos en especie», haciendo referencia al tiempo que asumen los y las docentes en los proyectos de las diferentes unidades académicas que se articulan con la UEP.

Durante el último Plan de Acción Institucional, un total de 14 docentes se vincularon a la Unidad Especial de Paz, y para el próximo se prevé la participación de 13 de ellos. Sin embargo, es importante señalar que este panorama puede cambiar, ya que la reducción de plazas y de contratación en actividad especial para docentes de planta y ocasionales representa un alto riesgo, debido a que sus horas en la UEP deben trasladarse a otras funciones, como la docencia directa. Esto genera inseguridad respecto al número fijo de colaboradores docentes.

Para la sistematización no hay articulación

Uno de los vacíos más grandes, es la falta de sistematización dentro de la UEP en aspectos básicos que deberían registrarse, como su presencia en el territorio y los resultados que han tenido sus actividades en estos lugares. Aunque se menciona en su Informe de Sistematización, este es muy general y no detalla las zonas específicas donde se realizaron acciones, ni qué acciones se llevaron a cabo concretamente. Ante esto, Álvaro Rodriguez menciona que son tantas las acciones que realizan en los territorios, que es difícil especificar en qué lugar se estuvo y cuál fue la acción concreta.

La falta de organización interna es problemática, especialmente considerando que la Unidad tiene la responsabilidad de articular las distintas unidades académicas y administrativas de la universidad para desarrollar proyectos e iniciativas relacionadas con la construcción de paz y memoria.

Respecto a la poca información de lo que se ha hecho en territorios, Juan Camilo Domínguez, quien trabajó en el informe de sistematización de la UEP, dice:

«No tenemos forma de demostrar a la universidad cuánto dinero ha ingresado gracias a la gestión de la Unidad de Paz. Esta tarea es monumental, ya que implica escudriñar miles de datos (…) Desde hace cinco años hemos estado intentando que las unidades académicas nos reporten sus actividades relacionadas con la paz en investigación. Sin embargo, recolectar esta información resulta extremadamente complejo debido a la gran cantidad de datos involucrados«.

Proyectos PAI relacionados con la construcción de paz

El Plan de Acción Institucional (PAI), es la herramienta de planificación que establece el camino para la gestión institucional cada tres años. En los proyectos PAI de la Dirección de Bienestar Universitario, existen entre otras cosas, seis macroproyectos que abordan los siguientes temas:

  1. Consolidación del Modelo de Bienestar Universitario en Regiones. 
  2. Bienestar en Línea. 
  3. Potenciando la diversidad. 
  4. Ejercicio praxiológico para la erradicación y la prevención de la discriminación y las violencias basadas en género, mediante la transformación colectiva del entorno universitario. 
  5. Hacia la construcción de una cultura de paz y convivencia sana en la Universidad de Antioquia que contribuya al bienestar institucional, a la vida en comunidad y a la formación integral. 
  6. Universidad Saludable.

 

Aquí podemos ver que la construcción de paz se aborda explicitamente solo en uno de estos macroproyectos, que es «La construcción de una cultura de paz y convivencia sana en la Universidad de Antioquia», e indirectamente se puede decir que se aborda también desde el proyecto sobre «la erradicación y la prevención de la discriminación y las violencias basadas en género (VBG)». En la gráfica se puede observar como estos son dos de los últimos tres a los que se le invierten menos recursos, en los que también entra «Universidad Saludable», que juntos solo equivalen a un 9,8 % del total. Por otro lado, el «Modelo de Bienestar universitario en Regiones» cuenta con un 60,5 %.

Gráfica 7: Presupuesto total de Proyectos PAI 2021-2024.
Fuente: Elaboración propia con la respuesta al derecho de petición dada por la Vicerrectoría General.

Este PAI se aprobó en un principio con un presupuesto total 303.000 millones de pesos, y cuyas fuentes de financiamiento corresponden en un 42 % a fondos externos, 31 % a fondos de inversión UdeA, 17 % a fondos especiales y 10 % a fondos generales, estos valores registrados en millones.

En cuanto a los posibles efectos de las medidas de austeridad en los proyectos de investigación académica, la Universidad de Antioquia, a través del Sistema de Atención al Ciudadano de la Secretaría General, indica que aún no es posible determinar su impacto. Esto se debe a que dichas medidas fueron adoptadas en 2024, lo que requiere tiempo y análisis de indicadores para evaluar su repercusión, pero según el presupuesto total para el PAI referido al 2025-2027, se evidencia una notable reducción en comparación con el trienio anterior.

Cuadro 1: Presupuesto Plan de Acción Institucional 2025-2027.

Fuente: PAI Universidad de Antioquia.

Además, según el comunicado que acompaña este PAI, Jhon Jairo Arboleda Céspedes, el rector reelecto de la Universidad de Antioquia afirma que este sí se ceñirá al actual régimen de austeridad«Asumimos el reto de apostar a un enfoque de austeridad orientado a la gestión y sostenibilidad de los proyectos con las capacidades institucionales existentes, con una visión que nos permitirá maximizar el impacto de nuestras acciones, garantizando que cada inversión contribuya significativamente al avance de nuestra misión y visión institucionales.»

Cabe resaltar que los proyectos de investigación no dependen exclusivamente de recursos institucionales, sino que también reciben financiación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, así como de convocatorias regionales y nacionales. Además, el presupuesto para las convocatorias de investigación administradas por la Vicerrectoría de Investigación aumentó de 9.518 millones de pesos en 2023 a 13.000 millones en 2024, lo que representa un incremento de 3.482 millones, lo cual podría contrarrestar en parte las posibles afectaciones por la austeridad.

Más que investigar la paz, transformar la sociedad

Dentro de la comunidad universitaria se percibe un ambiente de incertidumbre. La coordinadora del Grupo de Investigación en Comunicación, Periodismo y Sociedad de la Facultad de Comunicaciones y Filología (FCF), Alba Shirley Tamayo, señala: «Hay muy poca información disponible. A menudo me entero de lo que sucede en la universidad a través de comentarios informales». Aunque los problemas financieros de la universidad no son nuevos, el reciente auge mediático ha intensificado la preocupación por el futuro de la institución entre sus miembros. «Siempre hemos sabido que la universidad enfrenta dificultades financieras, pero de repente surge un gran interés por la financiación, como si apareciera de la nada», comenta Tamayo.

Una opinión similar es compartida por Diana Omaira Gómez, docente y coordinadora de la agenda de paz de la FCF. Su principal preocupación radica en la dificultad para llevar a cabo actividades esenciales para el proceso educativo y reflexivo sobre temas de paz, Gómez afirma: «Las medidas de austeridad han llevado a una desfinanciación de recursos que antes se habían conseguido extraordinariamente, lo que imposibilita el desarrollo de muchos proyectos (…) En la actualidad, la situación es crítica. Los proyectos están gravemente afectados y no podemos desarrollarlos como quisiéramos».

Sin embargo, hay quienes tienen una visión más esperanzadora respecto a la crisis y las medidas de austeridad como es el caso de Max Yuri, director del Instituto de Estudios Políticos, quien resalta la necesidad de comunicar bien sobre la crisis: «A menudo se generan discursos y narrativas catastróficas, por lo que es necesario implementar una campaña efectiva contra los rumores, ya que la comunicación oportuna es crucial (…) Es fundamental realizar una revisión profunda de diversos aspectos de la situación actual de la universidad, que es reflejo de la complejidad del contexto nacional. La solución a estos problemas pasa, en gran medida, por un cambio en la legislación, específicamente en la Ley 30 de 1992«.

Los tres docentes coinciden en que la paz es un tema fundamental para la Universidad de Antioquia. Aunque las medidas de austeridad afectarán a todos los proyectos de investigación en general, es crucial mantener el compromiso con los procesos que se han venido desarrollando. «La universidad desempeña un papel en la producción de conocimiento que busca transformaciones sociales. No se trata solo de investigar por el placer de hacerlo, sino de contribuir activamente a la transformación de la realidad social y cultural», concluye Max Yuri.

«La memoria es eso. Como somos seres tan complejos hemos tenido una historia muy compleja de repeticiones de actos terribles, porque ya enunciamos caminos posibles y caminos imposibles, caminos difíciles y caminos más fáciles. La memoria es lo que permite mantener viva esa escala de construcciones, de crecimiento humano. Si nosotros no somos capaces de crear y preservar esa memoria sobre la verdad seguimos equivocándonos en el tiempo».

La Universidad de Antioquia ha hecho esfuerzos constantes por la construcción de paz y memoria, pero la realidad es clara: estos proyectos apenas alcanzan un 1 % del presupuesto total. En medio de una crisis financiera que se ha agudizado, las medidas de austeridad implementadas parecen amenazar aún más el desarrollo de estas iniciativas. Aunque la UdeA ha logrado ejecutar importantes proyectos, la inversión sigue siendo mínima en comparación con otros gastos institucionales.

Además, la situación actual plantea retos operativos significativos: la reducción de visitas a los territorios y la dependencia de formatos virtuales en un contexto donde la presencialidad es crucial para mantener un impacto real. Si bien se ha incrementado el presupuesto para el próximo periodo, el desafío está en cómo optimizar estos recursos sin sacrificar la calidad y alcance de los proyectos.

Lo que está en juego es mucho más que el dinero, es la capacidad de la universidad de seguir siendo un referente en la construcción de paz, no solo desde las aulas, sino directamente en los territorios. La UdeA enfrenta el reto de adaptarse a nuevas realidades, sin perder de vista su papel transformador. En un momento donde la austeridad impone límites, la misión de la universidad sigue siendo clara: construir paz y preservar la memoria, ambas como herramientas fundamentales para la transformación social y cultural de Colombia.

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