Lo que el matrimonio no dejó crecer

Foto de la ceremonia de un matrimonio infantil

En Colombia miles de mujeres le dijeron “sí” al matrimonio cuando aún eran niñas. Algunas lo hicieron por huir del miedo, la pobreza o un hogar donde la infancia dolía más de lo que protegía. Otras dicen que lo hicieron por amor. Tras ese “sí” temprano muchas veces se esconden historias marcadas por la violencia. Ahora, una ley intenta evitar esas uniones.

Tutela por caso de VBG en la UdeA llega a la Corte Constitucional

Carteles en el bloque 16 de la Universidad de Antioquia durante la crisis de violencias basadas en género de 2024

La Sala Tercera de Revisión de la Corte estudia una tutela interpuesta por la Colectiva Justicia Mujer. En ella se pide la protección de los derechos de cuatro estudiantes víctimas de violencias basadas en género (VBG) en la Universidad de Antioquia ante la falta de diligencia y enfoque de género por parte de la Procuraduría. La decisión que tome la Corte será decisiva para tratar este caso y otros relacionados con las VBG en los entornos universitarios.

Denuncias por VBG aumentan un 40% después de la crisis de 2022

Ruta

En 2023, las denuncias de violencias basadas en género en la Universidad de Antioquia aumentaron en 59 casos en comparación con el año anterior. Con esto se podría entender que, si en 2022 en una clase de 15 personas, un estudiante denunció por violencia de género,en la misma clase al año siguiente serían entre 2 y 3 estudiantes quienes harían la denuncia. Este incremento se produjo un año después del paro estudiantil que tuvo lugar en 2022, cuando estalló una crisis de casos denunciados en forma de escrache, principalmente en las facultades de Ciencias Económicas y de Derecho y Ciencias Políticas. Tras esto, se demandaron mejoras en la Ruta Violeta, el mecanismo destinado para atender estos casos. Y aunque se logró llegar a acuerdos con la administración universitaria, un año después las denuncias de casos aumentaron significativamente. El aumento de denuncias no solo se registra dentro de las instalaciones de las distintas sedes de la universidad, sino que también ha crecido notablemente en situaciones que ocurren fuera de la institución e involucran a personas de la comunidad universitaria. Las denuncias se clasifican dependiendo de si los hechos ocurrieron dentro o fuera de la universidad, y si sucedieron durante actividades académicas, como clases o salidas de campo. Las denuncias dentro de la universidad aumentaron un 128,57%, mientras que las ocurridas fuera crecieron un 6,12%. Esto indica que el problema no se limita al campus, sino que se extiende a otros espacios donde interactúan estudiantes, docentes y personal administrativo. Crisis de 2022: los escraches que pararon la universidad La Universidad de Antioquia comenzó en 2018 un proceso para crear una política de prevención y atención a las violencias basadas en género, en conjunto con colectivas y la comunidad universitaria. Como resultado, se estableció la Ruta Violeta, un mecanismo que ofrece apoyo psicológico y jurídico a las víctimas de violencia de género, tanto dentro como fuera del campus. No obstante, en 2022, el funcionamiento de la Ruta Violeta fue fuertemente cuestionado tras una crisis desatada por una serie de denuncias a través del escrache, una denuncia pública directa contra los presuntos responsables. Esta situación llevó a la Asamblea General de Estudiantes, con el liderazgo de la Asamblea de Mujeres y Disidencias, a convocar un paro estudiantil exigiendo mejoras y mayor efectividad en la Ruta Violeta.  Una de las principales razones detrás de la crisis fue la histórica falta de atención a los casos de violencia basada en género, según Sofía Velásquez, integrante del comité de género de la UdeA. Velásquez también afirma que el pliego de exigencias priorizaba la visibilización de la problemática más que acciones directas para su mejora. Esto llevó a que, el 6 de septiembre de 2022, el rector John Jairo Arboleda firmara un compromiso para cumplir con el pliego. A pesar de las expectativas de mejora tras la firma del compromiso, Sofía Velásquez señala que, dos años después, y en medio de una nueva crisis, solo se han cumplido parcialmente 2 de los 10 puntos del pliego de peticiones. Los avances logrados corresponden al punto cuatro, que propone asesoría para mejorar los mecanismos de prevención y manejo de casos de violencia de género, y al punto ocho, que sugiere la separación preventiva de docentes denunciados. Sin embargo, los otros ocho puntos siguen sin ser atendidos, lo que podría haber contribuido a la crisis actual. «Desnaturalizar la violencia es naturalizar la prevención; naturalizar la prevención es tener espacios cómodos» -Sofía Velásquez, Comité de Género UdeA. El 90% de las denuncias de violencia de género en la Universidad de Antioquia son de mujeres En la Universidad de Antioquia, por cada hombre que denuncia violencia de género, hay aproximadamente ocho mujeres que también lo hacen. En total, 315 mujeres y 33 hombres han presentado denuncias, lo que significa que las mujeres representan el 90% de los casos, mientras que los hombres constituyen solo el 9,42%. Esta disparidad refleja una tendencia histórica, en la que las mujeres son desproporcionadamente más vulnerables a la violencia de género. Además, los datos sobre los vínculos entre los agresores y las víctimas en la Ruta Violeta muestran una realidad preocupante. Fuera de la universidad, el 75,45% de las víctimas no sabe si su agresor tiene alguna relación con la institución. Dentro de la universidad, el 40,94% de los casos señala a otros estudiantes como agresores, mientras que el 34,65% denuncia a docentes. Aumento en los tipos de violencia ​En el comunicado de la Asamblea General de Estudiantes, se menciona la presencia de prácticas como el ‘buitreo’, que consiste en tomar y publicar fotos no consentidas de personas, principalmente mujeres, con el objetivo de fomentar el acoso cibernético. Por esta y otras razones, la asamblea exigió la identificación y clasificación de los diferentes tipos de violencia de género. Tras el acuerdo de cumplimiento del pliego de exigencias, la Ruta Violeta pasó a ser gestionada por la Colectiva Justicia Mujer, que asumió una nueva administración del mecanismo. Aunque la mayoría de tipos de violencia basada en género (VBG) mostraron un aumento, la violencia sexual fue la más reportada, representando el 59,71% de los casos. Esto significa que, de cada diez denuncias, al rededor seis eran por violencia sexual. En 2023, no solo crecieron los casos en general, sino que ciertos tipos de violencia aumentaron de manera notable. La violencia psicológica subió un 354,16%, la violencia sexual cibernética se disparó un 1200%, y la violencia institucional aumentó un 2000%. Además, en 2023 se registraron 22 casos de violencia económica, un tipo de violencia de género que no había sido considerado en 2022. En 2022, el número de casos coincidía con el tipo de violencia reportada. Sin embargo, en 2023 se registraron 205 denuncias de casos únicos, que se clasificaron en 315 tipos de violencia. Esto refleja un cambio en la forma de medir y analizar los tipos de violencia desde 2022, lo que complica la comprensión de las tendencias y dinámicas sociales necesarias para identificar oportunamente los distintos tipos de violencia. Al respecto, el equipo Violeta explica que, con la llegada de la nueva coordinadora,

22 mujeres de la FCF nos contaron…

Los testimonios a continuación pertenecen a 22 mujeres de la Facultad de comunicaciones y Filología que participaron en una encuesta anónima sobre los micromachismos que han vivido en la Facultad por parte de compañeros, colegas, profesores o alumnos.

74 mujeres de la FCF dijeron…

74 mujeres de la Facultad de Comunicaciones y Filología respondieron una encuesta anónima en la que se les preguntó cuáles micromachismos han experimentado en cualquier momento de su estancia en la Facultad.

Demi Moore: admirada hasta los huesos

Demi Moore en la alfombra roja de los Oscar 2025

A propósito del descontento que generó en redes la derrota de Demi Moore como mejor actriz protagónica en los Oscar, quise escribir sobre la forma en que su propuesta en La Sustancia caló tanto en las audiencias, y como ella misma se convirtió en un referente de que no hay un tiempo definido para materializar los sueños. Demi Moore en la alfombra roja de los premios oscar 2025 Foto tomada de: @demimoore La primera vez que vi a Demi Moore en una película fue probablemente en Los Ángeles de Charlie: Al límite (2003), donde interpretó a la villana Madison Lee, sin embargo, debo reconocer que Cameron Diaz es mi referente cuando pienso en las cintas del trío alado.  Después de eso no volví a escuchar su nombre sino hasta 2021, cuando desfiló en la pasarela de la colección primavera-verano de la firma italiana Fendi. Los medios de comunicación tenían un tema en común: el rostro de Demi Moore. Para entonces la modelo y actriz tenía 58 años de edad y 40 de trayectoria, pero había cometido dos de los pecados por los que las mujeres de la industria del entretenimiento son crucificadas: el primero, envejecer, y el segundo, tratar de revertir el primero. Su rostro, notablemente hinchado, la puso en el centro de la guillotina mediática por unas semanas, como les ha pasado a otras mujeres como Adriana Lima o Shakira. Después de eso el nombre de Demi Moore volvió a desaparecer de mi radar. En septiembre del 2024, ese nombre olvidado volvió a aparecer; Demi , ahora de 62 años, protagonizaba una nueva película junto con Margaret Qually. La Sustancia, dirigida por la francesa Coralie Farget, fue el regreso de la actriz a la gran pantalla. El argumento de la película está basado en un tema recurrente, un cliché: la obsesión por conservar la juventud y la belleza. Otras películas y series ya han tocado esta temática, como  La muerte le sienta bien (1992) o La chica enmascarada (2023).Entonces, ¿qué tiene de particular La Sustancia? En la cinta, Demi Moore interpreta a Elisabeth Sparkle, la conductora de un programa fitness que, al cumplir 50 años, es despedida del show por no ser lo suficiente joven para seguir. Atormentada por ya no sentirse atractiva decide probar una fórmula casi mágica, un suero con el que nace Sue, una versión mejorada y rejuvenecida de Elisabeth con la que regresa al programa para recuperar todo lo que antes fue suyo.  Si bien Elisabeth y Sue parecen ser personajes distintos, la película nos deja claro muchas veces que son la misma persona, como en la escena del video que explica el uso de la sustancia:  “Una semana para una y una semana para la otra. Un equilibrio perfecto de siete días. La única cosa que no hay que olvidar: Tú eres una, no puedes escapar de ti misma”, conforme avanza el filme vemos cómo el balance no es respetado, lo que provoca que el cuerpo de Elisabeth se deteriore al grado que llega a “odiarse hasta los huesos”, como dice en un momento, para finalmente perderlo todo. ¿Cómo describir esta película? Yo diría asquerosamente buena, una obra maestra del terror corporal que combina salvajismo, sátira y crítica social con un impresionante dominio visual y sonoro. La película es grotesca y fascinante a la vez, y sin duda de lo mejor que nos dio el cine en 2024. La película también se convirtió en un éxito en taquilla. Recaudó 78,3 millones de dólares, superando  los 17,5 millones que costó su producción. Todo esto influyó para que Demi Moore fuera más conocida para el público general y más personas se interesaran por repasar su trayectoria y las casi 50 películas en las que ha participado, como Ghost: la sombra del amor (1990) o Una propuesta Indecente (1993). Con una admiración total de la audiencia, Demi Moore fue nominada como mejor actriz principal en las premiaciones más importantes del cine: Los Critics Choice, los BAFTA, los SAG, los Oscar y los Globos de Oro. Fue precisamente en estos últimos en los que la actriz consiguió su primera victoria: el 5 de enero subió al escenario y con una sonrisa que le iluminó el rostro, del que ahora nadie tenía nada malo que decir, emitió un emotivo discurso: “Esta es la primera vez que gano algo como actriz (…) Hace 30 años, un productor me dijo que era una actriz de películas crispeteras, que podía hacer películas muy exitosas y que dieran mucho dinero, pero que yo no iba a ser reconocida (…) Hoy celebro esto como una prueba de mi totalidad, del amor que me mueve, y del regalo que es hacer algo que amas y que te recuerda que realmente perteneces”. Su segunda victoria fue en los Critics Choice y la tercera,  en los Premios SAG; esta racha  la tenía como una de las favoritas para llevarse el Oscar a mejor actriz. La noche del domingo 2 de marzo Emma Stone, la ganadora del año anterior en esta categoría, subió a la tarima con el sobre que contenía el nombre de la vencedora: Mikey Madison, por Anora. El revuelo en redes no se hizo esperar, cientos de fans descontentos compartieron su opinión sobre el resultado: “Demi Moore hizo una película sobre el trato de Hollywood a las actrices mayores para acabar perdiendo el Oscar a mejor actriz ante una actriz mas joven”; “Todos sabemos que ese Oscar era tuyo Demi. Oscar robado”, fueron algunos de los cometarios que acompañaron las publicaciones.  Mikey Madison es una actriz de 25 años que ha participado en algunas series y películas como Scream 5 y 6 (2022 – 2023), pero fue su papel de Ani en Anora el que no solo le dio el Oscar y el BAFTA, sino también la fama mundial. La cinta sigue a una stripper que se casa con el hijo de un magnate ruso y enfrenta el rechazo de su familia, que intenta forzar la anulación del matrimonio. Con un tono crudo y frenético, Anora

Las barreras que persisten para abortar en Colombia a tres años de la despenalización

Según la colectiva Jacarandas, durante el 2022 y el 2024, Antioquia fue el departamento con más municipios que consultaron la Línea en busca de información sobre derechos sexuales y reproductivos. Foto: Causa Justa.

Este 21 de febrero se cumplieron tres años de la sentencia C-055 de la Corte Constitucional, impulsada por el movimiento feminista Causa Justa, que despenalizó el aborto hasta la semana 24 en Colombia. Durante su celebración, el bufete de abogadas feministas Colectiva Justicia Mujer en compañía la colectiva Jacarandas presentaron dos informes sobre las asesorías que dieron a mujeres y personas gestantes que accedieron a interrupciones voluntarias del embarazo (IVE) en el país. Según la colectiva Jacarandas, durante el 2022 y el 2024, Antioquia fue el departamento con más municipios que consultaron la Línea en busca de información sobre derechos sexuales y reproductivos. Foto: Causa Justa. En el marco de la conmemoración por el tercer aniversario de la sentencia C-055, el bufete de abogadas feministas Colectiva Justicia Mujer presentó el informe “Experiencias y barreras sobre el acceso a la IVE en Antioquia 2023 y 2024”, en donde presentaron las barreras médicas y jurídicas que enfrentaron las mujeres que accedieron a abortos en Antioquia y que han conocido con su acompañamiento psicojurídico.  Según el informe, este bufete orientó el aborto de 46 mujeres, de las cuales el 54 % tuvo acompañamiento durante el procedimiento y “en varios de estos casos se presentaron violencias contra las personas que estaban accediendo a su derecho al aborto, (..) y en contra de defensoras y acompañantes”. De estos casos, el 48 % fue atendido en Medellín, el 32 % en municipios del Valle de Aburrá (Bello, Itagüí y Envigado), el 12 % en otros municipios del departamento y, pese a que la colectiva estaba centrada en Antioquia, el 8 % restante corresponden a casos por fuera del departamento.   Por su parte, Jacarandas, una colectiva feminista que hace activismo digital sobre derechos sexuales y reproductivos, presentó en Medellín, Cali, Bucaramanga y Bogotá el informe “Nuestro cuerpo. Nuestra decisión. 11.267 asesorías sobre aborto en la Línea Jacarandas, 2022 – 2024”. A partir de las experiencias de las usuarias, el informe presenta un análisis del aborto en Colombia que profundiza en los cinco departamentos y/o ciudades con más casos atendidos: Bogotá, Valle del Cauca, Antioquia, Cundinamarca y Santander.   A tres años de la sentencia, Jacarandas se ha consolidado como una de las principales fuentes de información para conocer en dónde se puede acceder a un aborto en Colombia. Según su informe, el aumento de consultas en temas relacionados con IVE ha crecido significativamente, pasando de 1.916 casos atendidos en 2022 a 11.267 al cierre del 2024. Esto obedece, dice la colectiva, a una mayor visibilidad de su Línea y a un “aumento en la demanda de servicios de salud sexual y reproductiva.”  Laura Gutierres Acuña, Natalia Acevedo Guerrero, Lisa Gomez Camaro y Juliet Gómez Osorio en el conversatio «Derecho al aborto, entre discursos de odio y fundamentación», realizado en Medellín luego de la presentación de los informes de Justicia Mujer y Jacarandas. Foto: Jacarandas. Penalización social: las barreras para abortar A pesar de que el aborto es legal y no requiere justificación hasta la semana 24 de gestación y, luego de esta está amparado por las tres causales de la sentencia C-355 de 2006, aún se reproducen discursos que vinculan este procedimiento médico a palabras como homicidio, genocidio o pecado. Un ejemplo de esto son las declaraciones del papa Francisco el 15 de septiembre de 2024, un día después del Día Internacional por la Despenalización y Legalización del Aborto, en las que aseguró que el aborto “es un homicidio, y el médico que lo practica es un sicario”.   El problema recae, entre muchas otras cosas, en la falta de información que hay sobre la IVE. Según Laura Pedraza, abogada de incidencia política en la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres, la primera barrera que hay para acceder al aborto es el acceso a la información: en dónde se puede solicitar, cómo hacerlo, las dosis necesarias de medicamento o el procedimiento médico especifico que se requiere.  Según el informe de la corporación Justicia Mujer, alrededor de 34 mujeres, de las 46 que atendieron, enfrentaron barreras que “estuvieron fuertemente ligadas a la penalización social, materializada en asuntos como la estigmatización, falta de acceso a información veráz y a servicios de calidad en zonas rurales o contextos marginalizados, el uso inadecuado de la objeción de conciencia, la garantía del servicio sujeta a la voluntad política de prestadores de servicios y tomadores/as de decisión antiderechos”.  En total, afrontaron 98 barreras, es decir, en promedio cada mujer experimentó dos obstáculos al intentar acceder a un aborto.  Un ejemplo de esto es el caso del municipio Argelia de María, en el oriente antioqueño, expuesto en el informe de la colectiva, en donde la violencia institucional se propagó a través de mensajes de odio dirigidos a quienes intentaron acceder a una IVE. Según el medio feminista Volcánicas, durante la alcaldía de Edwin Quintero (2020-2023) hubo carteles pegados en las puertas y paredes de la Oficina de Equidad de Género con mensajes como: “El aborto no te libera de ser madre, solo te hace madre de un niño muerto” y “En la familia Argelia pa’ todos somos provida, no al aborto”. Como lo explicó Justicia Mujer, esta penalización social se puede materializar en obstáculos que las entidades prestadoras de salud les ponen a las personas gestantes cuando estas intentan acceder a un aborto libre y seguro.  Según el informe de Jacarandas, los casos de violencia obstétrica que se registraron en la Línea pasaron de ser un 23.7 % en 2022 a un 47.1 % en 2024. Sin embargo, la negación del servicio disminuyó de un 39.2 % a un 17.6 %, respectivamente. Esto quiere decir que, a pesar de que más personas gestantes accedieron a servicios de aborto, incrementaron los maltratos antes, durante o después el procedimiento.   Además de estas barreras, Jacarandas también explicó en su informe que en 2024 hubo un incremento del 4.9 % en los casos que presentaron retrasos médicos injustificados, pasando de 18.6 % a 23.5 %. Con respecto a los casos de remisión a especialistas, disminuyeron en el último año

La Colectiva Justicia Mujer espera respuestas de la UdeA

Carteles en el bloque de la rectoría de la UdeA durante la crisis por VBG de 2024. Foto: Daniel Gómez

La Corporación Colectiva Justicia Mujer (CCJM), que brindó asesoría psicojurídica a las mujeres denunciantes por violencias basadas en género (VBG) en la UdeA, anunció el fin de su contrato con la Universidad el 29 de mayo de 2024, en medio de la emergencia por esas violencias, “debido a las tensiones recurrentes y las diferencias agravadas en el segundo semestre del año 2023, cuando se iniciaron conversaciones de cara a un nuevo contrato”, según señalaron en un comunicado. Después de la finalización del primer contrato, el 18 de febrero de 2024, accedieron a firmar otro por 62 días para hacer el cierre de los procesos. Este se formalizó el 18 de marzo de 2024, pero la CCJM siguió trabajando durante los 28 días entre uno y otro por solicitud de Bienestar Universitario. Según dijo la CCJM en mayo, no suspendió la prestación de los servicios para priorizar “el cuidado de las víctimas, lo que ocasionó una importante carga financiera en la organización. Este aspecto, así como el retraso de los pagos pendientes se ha abordado con Bienestar Universitario sin contar con una respuesta clara y de fondo”. Seis meses después, la CCJM sigue sin recibir el pago por ese trabajo, que calculan en más de 88 millones de pesos. Nathalia Álvarez, subdirectora de la CCJM, cuenta que durante estos meses han mantenido contacto con la dirección de Bienestar Universitario, encargada de la Ruta Violeta; primero con Marcela Ochoa, directora hasta junio de este año y ahora vicerrectora de Docencia, y luego con Juan Gabriel García, actual director. “Con él hemos tenido un cruce significativo de correos, pero hasta ahora no nos ha respondido qué se va a hacer con esta situación”, cuenta Álvarez. Añade que en agosto les dijo en una reunión que no estaba al tanto de la situación, pese a que allí había personas que sabían de los acuerdos previos: “Nos dijo casi como que demandemos a la Universidad, y quedó con el compromiso de hacer la consulta y respondernos”. El último correo al director lo enviaron el 2 de octubre. Desde De la Urbe le preguntamos a Juan Gabriel García qué pasaría con el pago de la CCJM y el 10 de octubre contestó que les responderían directamente a ellas: “Cualquier pago realizado desde una entidad pública, al comprometer recursos públicos, está sujeto al cumplimiento de los requisitos legales establecidos tanto en las normas generales de contratación como en el Estatuto de Contratación particular de la Universidad de Antioquia”. Esta situación se da en medio de la crisis financiera de la UdeA. Aunque la CCJM entiende que el silencio de la Universidad podría justificarse en esa coyuntura, escalarán el asunto legalmente. “Si se mantienen en su posición de no responder, avanzaremos con una acción de tutela; y si no da respuestas de fondo y asume este compromiso tendríamos que continuar con los mecanismos legales. Nos parece un desgaste innecesario, porque tanto a la Universidad como a nosotras nos saca del centro, que es lograr una universidad libre de violencias”, apuntó Álvarez. A pesar de no haber recibido respuestas sobre el pago, el 22 de agosto la Universidad les solicitó una precotización para “contratar el servicio de asesoría de representación técnica en procesos penales y disciplinarios en favor de personas víctimas por hechos de violencias basadas en género”. La Dirección de Bienestar Universitario está adelantando la apertura de una licitación pública con ese propósito, como lo anunció la Universidad en junio, aunque esto no se aclaraba en el documento enviado a la CCJM. Pese a no tener contrato con la UdeA, la colectiva sigue acompañando 21 procesos de 13 mujeres que, según afirman, no encontraron condiciones para ser representadas por ZEA Abogadas, la firma que quedó a cargo tras la salida de la CCJM.

La profe Lauren: entre la negligencia institucional y el apoyo feminista

Lauren es profesora del pregrado en Astronomía de la UdeA desde junio del 2022. Es doctora en Astrofísica de la Universidad de Guanajuato (México), líder y cofundadora del colectivo Colombianas Haciendo Investigación en Astrofísica (CHIA) y dirige el grupo de divulgación científica Hermes, conformado por profesores y estudiantes del Instituto de Física de la Universidad.

Su caso representa las dificultades a las que se enfrentan las víctimas de violencias basadas en género cuando activan la Ruta Violeta, un mecanismo institucional que se ha quedado corto para responder a las complejidades de esos hechos y que ha suscitado manifestaciones de docentes y estudiantes durante 2024 en la UdeA.