¡Buenas noticias, cayó la natalidad!

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21 octubre, 2025
Por: Sara Hoyos Vanegas | s.hoyos@udea.edu.co

En Colombia, cada ocho minutos una adolescente se convierte en madre. Este dato, que debería estremecernos como sociedad, no parece hacerle cosquillas a los sectores políticos que hoy lloran la caída de la natalidad.

Collage: Sara Hoyos Vanegas.

Hace un mes, la bancada provida presentó su campaña “Salva a Colombia, ¡ten hijos!”. Colgaron un pendón gigante frente al Congreso que exhibía a una mujer sonriente, abrazando su vientre abultado, con un vestido celeste. Ningún padre a la vista. El mensaje era claro: la responsabilidad de la natalidad recae sólo en las mujeres. En un país donde 4 de cada 10 mujeres son madres solteras, la mal llamada “familia tradicional» es un privilegio y no la norma, y ya ni siquiera tratan de disimularlo: la familia que tanto defienden no aparece ni los carteles de los provida

En 2024 hubo 553 mil nacimientos, un 12% menos que en 2023 y 31,3 % menos que hace una década, según cifras del DANE. Estos datos fueron suficientes para que este grupo se plantara en el Congreso exhibiendo un desfile de terror disfrazado de una exposición de fetos. No les bastó con indignarse, sino que lo convirtieron en un espectáculo. Bajo el lema de “una patria sin hijos es una patria sin futuro”, propagan su discurso chantajista, apocalíptico, convencidos de que el país se acabará porque las mujeres no están pariendo al ritmo que ellos quieren

Pero, ¿a qué futuro se refieren? ¿qué futuro tiene una niña que abandona sus estudios y se ve obligada a trabajar para sostener a un hijo? ¿qué futuro le espera a un bebé forzado a nacer en situaciones precarias? En su preocupación por el porvenir olvidaron que ese futuro se ha marchitado de niñas obligadas a maternar prematuramente. En 2015, de 660 mil nacimientos, 142 mil fueron de madres menores de 19 años: el 21 % del total nacional. Los mismos que hoy se alarman por la baja natalidad han venido ignorando arbitrariamente el embarazo infantil, la maternidad forzada y la violencia que empuja a tantas niñas a ser madres siendo apenas hijas. Eso no se discute en plenaria ni se adorna con discursos sobre la vida. La vida, después del parto, no les interesa. ¿Alguien quiere pensar en los niños?

Advierten de los peligros catastróficos de que el país se quede sin quien lo herede, pero lo que no dicen es que las mujeres aplazan la maternidad porque el futuro es incierto, porque tener un hijo ya no es una promesa, sino una apuesta arriesgada en medio de la crisis actual. No hay estabilidad económica, política, laboral, pensional, emocional o psicológica. Si no alcanza para comprar una casa, ¿con qué se va a mantener a un hijo? Pero eso no es un problema que desvele a quienes miran la crisis desde arriba. Prefieren ignorar que el verdadero vacío no está en las cunas, sino en las neveras, en las promesas del Estado y en las garantías que no llegan.

Hoy, los embarazos adolescentes representan el 15% de los nacimientos. La caída más alta fue del 51,1% en la tasa de fecundidad de adolescentes entre los 15 y los 19 años. Ahora, la edad media para tener el primer hijo en Colombia está en los 24,4 años. Lo que significa que cada vez más mujeres pueden planear y decidir cuándo, cómo y con quién tener hijos. Esto es para celebrar.

Si para sostener la natalidad las niñas tienen que parir, el problema no es la baja natalidad, sino la alta hipocresía. Mientras el precio de la maternidad siga siendo el futuro de las mujeres, entonces la caída de la natalidad sí que es una buena noticia.

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