Transgredir el deporte para resistir la vida: la historia de Emiliana

Emiliana durante un entrenamiento con el equipo del Politécnico Jaime Isaza Cadavid. Foto: Camila García Patiño

“Macho” o “travesti” son algunas de las expresiones que ha escuchado Emiliana en su carrera como voleibolista. Pero ella es una mujer. Así se ha sentido toda su vida y desde hace una década su documento de identidad lo constata: en el apartado de su nombre aparece Emiliana Castrillón Jaramillo, y en el de sexo una F de femenino. Emiliana durante un entrenamiento con el equipo del Politécnico Jaime Isaza Cadavid. Foto: Camila García Patiño. Emiliana Castrillón Jaramillo es una deportista transgénero de 27 años, oriunda de Amagá, Antioquia, y quien ha ganado atención mediática en los últimos meses por ser una de las partes implicadas en un conflicto con la Liga Antioqueña de Voleibol. Durante el Torneo Departamental Megalabs 2024-1, la Liga, como ente organizador, ratificó una regla que establecía como requisito para participar en cualquier categoría el sexo de nacimiento. La situación llegó a instancias legales y reavivó el debate sobre la participación y regulación de personas trans en escenarios deportivos. El 1° de abril de 2024, cuando se habían jugado cuatro fechas del torneo, el Polítécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, equipo deportivo y universidad de Emiliana, recibió una carta de la Liga en la que esta les recordó una regla que ambas entidades venían ignorando hasta ese momento: que para competir se debía tener en cuenta la “condición de género”, y que para “la rama femenina se debía cumplir con la condición de haber nacido mujer”. Así, Emiliana fue expulsada de la categoría femenina. Con el apoyo de su universidad, instauró una tutela el 10 de mayo en contra de la Liga Antioqueña de Voleibol ante el Juzgado Primero Promiscuo Municipal de Amagá. Alegaba que se estaban vulnerando sus derechos fundamentales a la igualdad, no discriminación por razón de sexo e identidad de género, libre desarrollo de la personalidad, libertad de conciencia y al deporte. La decisión de la Liga sobre aquella regla cayó mal a Emiliana y su equipo, entre otras cosas porque ella ha participado del Torneo Departamental desde que empezó su proceso competitivo, hace nueve años. No había razón aparente para que antes sí fuera considerada apta para jugar, y que ahora y sin más, ya no lo fuera. Pero sí la había: una queja escrita, firmada y enviada por el Club Potros Sabaneta en la que expresaban su malestar e inconformidad por la participación de la actual jugadora del Politécnico en el torneo. Lo paradójico es que ese mismo club fue el primer hogar competitivo de Emiliana fuera de Amagá, y con el que compitió desde el 2016 y hasta el 2019.  Set a favor “Me vi vestida como mujer y me dije ‘Esta soy yo y voy a luchar por ello’. ¿Cómo me voy a llamar? ‘Emiliana’, eso respondí, pensando que ese era el nombre para una mujer como yo: fuerte y con carácter”. Emiliana Castrillón Emiliana nació y vive en Amagá con su madre, su hermana y un primo. Su vida, como la de cualquier otra persona trans, no ha sido fácil, pero siempre ha sabido sobreponerse para ser más que lo que la sociedad espera de ella o de otras mujeres trans, pues considera que normalmente las relegan al mundo del modelaje, el estilismo o la prostitución, negándoles un espacio en otros ámbitos de la sociedad como el universitario, el laboral o el deportivo.  En su vida profesional ha logrado tres títulos: uno como Auxiliar Administrativa en Salud, otro en Salud Oral, y un tercero como Auxiliar en Recreación y Deportes. Además, cursa una cuarta tecnología en Seguridad y Salud en el Trabajo, en el Politécnico, y trabaja como asesora de atención al usuario en varias empresas. El 2015 representó un año de grandes cambios e inicios, pues fue cuando comenzó a competir con su municipio, y en clubes como Nexus o Potros. Su motor siempre ha sido el sueño de poder superarse, para lo cual su mentalidad ha jugado un papel importante. Así fue al llegar a Medellín: “En ese tiempo empecé a entrenar con niñas que ya tenían un proceso de Selección Antioquia, Selección Colombia, entonces yo dije que sí o sí tenía que aprender a jugar, sí o sí debía perfeccionar lo que más o menos sabía. Empecé a entrenar y entrenar, y a veces me doblaba: cuatro o seis horas entrenando. Y así fue como me hice conocer y la gente me comenzó a invitar a participar en torneos regionales y nacionales”, recuerda la deportista. Aquel año, además de comenzar en el deporte competitivo, Emiliana tomó la decisión de exteriorizar lo que sentía: aunque su transición empezó en 2013, cuando tenía 16, fue hasta dos años después que realizó las gestiones para modificar el componente de género en su documento de identidad, e inició con la terapia de reemplazo hormonal que mantiene hasta el día de hoy, y que representó un papel clave en el fallo de la tutela. El 27 de mayo el Juzgado Promiscuo de Amagá falló a favor de Emiliana por la tutela interpuesta contra la Liga Antioqueña de Voleibol. En el documento, la jugadora argumentó por qué aquella regla vulneraba sus derechos. También adjuntó los exámenes físicos que se realiza anualmente, como la medición de testosterona, un requerimiento que exigen instituciones como el Comité Olímpico Internacional (COI) para la inclusión de mujeres trans en las competencias femeninas. Por este y otros motivos, el Juzgado resolvió que la Liga debía asegurar el reingreso de Emiliana al Torneo, por lo menos hasta establecer criterios que sí sean válidos a la luz de la Constitución y que no se reduzcan a la genitalidad de la deportista, pues esta entidad consideró el sexo de nacimiento como factor decisorio para permitir o no su acceso a una categoría específica. Además, le ordenó a la Liga publicar un comunicado en el que aclarara la resolución de la situación, y al Ministerio del Deporte supervisar, controlar y vigilar las modificaciones que la Liga haga al reglamento sobre la participación de las personas con experiencia de vida trans. Emiliana durante un

Historias en tacones: arte y activismo drag

Laika es una amante y coleccionista de pelucas, y desde hace varios años se dedica también a venderlas. Foto: cortesía.

Sus tacones pisan con fuerza cuando están en el escenario, tienen claro que ser drag es más que maquillaje y pelucas. Laika, Myth, Tasha, Bruna y Amalía son cinco drag queens de Medellín que luchan por darle más visibilidad a este arte; a traves de sus historias exploramos la pasión y el activismo que impulsan a estas artistas a transformar el escenario con su brillantez y creatividad. Cada perfil revela las vivencias personales, desafíos y triunfos que definen su carrera, ofreciendo una mirada íntima sobre el panorama drag local.   Laika Viryin: toda una vida en el escenario Una fusión entre la cultura pop y una estética señorial dan vida a esta comedy queen, Laika Viryin, una drag  teatrera que no encaja en el ambiente de discoteca. Hacer reír es lo suyo, y para eso se ha posicionado como un personaje que no teme desafiar convenciones y ofrecer una visión clásica pero a la vez refrescante dentro de la escena artística de Medellín. Laika es una amante y coleccionista de pelucas, y desde hace varios años se dedica también a venderlas. Foto: cortesía. Detrás de Laika se encuentra Ítalo Cardozo, un teatrero de 49 años, maestro en artes representativas de la Universidad de Antioquia, que ha pasado la mayor parte de su vida sobre un escenario. Nunca ha indagado profundamente si el teatro es una vocación; sin embargo, desde su infancia, siempre estuvo seguro de que pertenecía a ese mundo. El nombre de Laika Viryin se inspira en dos figuras icónicas: la canción de 1984 «Like a Virgin» de Madonna y Laika, la perra soviética que en 1957 se convirtió en el primer ser vivo en orbitar la tierra. Desde sus inicios se ha distinguido no sólo por su presencia escénica, sino también por la profundidad de su construcción y el propósito artístico que tiene: dar un buen show. Antes de Laika existió La Chiqui, un personaje que de algún modo sirvió de inspiración para su creación. La Chiqui, protagonista de la obra “¡Ay! Días Chiqui” del dramaturgo José Manuel Freidel (1951- 1990) es una travesti que reside en un sórdido sótano y se enfrenta a la desaparición de sus amigas travestis, así como a la persecución del Estado hacia diversas orientaciones sexuales. Italo la personifica desde 2011, y de ella extrajo muchas características para crear a Laika en 2017. A diferencia de La Chiqui, Laika está construida desde la exageración de lo femenino con un enfoque en la comedia y el espectáculo. Mientras La Chiqui se inclina más hacia lo trans y el travestismo, Laika es una comedy queen. No se alinea con las fashion queens que realizan complejas coreografías de baile, sino que prefiere la música de plancha, haciendo Lip Sync y coreografías sencillas. Su principal objetivo es hacer reír.  “Siempre me he considerado un payaso, yo entro en lo que es más una comedy queen. Desde 2005, he sido un improvisador teatral, entonces mis shows tienen mucho de eso.” La incursión de Ítalo en el mundo drag con Laika Viryin no solo ha sido un viaje personal, sino también una contribución significativa al panorama artístico de Medellín. En 2020, colaboró con otras drags locales como Tasha West y Myth, The Drag Queen, para formar Drag Varieté. Este grupo se consolida como una forma de resistencia artística, que ocupa un espacio importante en la escena cultural de la ciudad y contribuye para que el drag sea acogido en otros espacios como el teatro, en los que si bien ya existen representaciones muy similares, no se presentan como tal de esta manera.  Laika se describe como una «señora drag» que disfruta de la música de plancha y evita el dramatismo de artistas como Isabel Pantoja. Esto subraya su preferencia por lo ligero y humorístico sobre lo dramático y trágico. Su caracterización va más allá de las actuaciones, reflejando una personalidad que busca conectar con su audiencia a través de la risa y la empatía. Cuando está en personaje gesticula de una manera ante la cual es imposible no sacar cuando menos una carcajada, pero cuando se quita el maquillaje y es Ítalo, tiene un rostro sereno, serio, casi enigmático.  En cuanto al panorama actual de Medellín para hacer teatro, tiene la convicción de que los procesos deben rejuvenecerse. Considera crucial dar espacio a nuevas generaciones para integrarse en los procesos artísticos. Aunque reconoce la consolidación de grupos establecidos en Medellín, como Matacandelas, Acción Impro y Teatriados, enfatiza en la importancia de abrir las puertas a generaciones emergentes. Su creencia reside en que los procesos artísticos, al igual que las personas, deben evolucionar y renovarse para mantenerse vibrantes y relevantes. Del mismo modo, cree que las nuevas generaciones deben crear sus propios espacios. Laika es fiel creyente de que si uno no encuentra su espacio en los grupos existentes, la opción es crear su propio espacio y rodearse de personas que compartan la misma visión. Para ella, el concepto de familia trasciende lo biológico y se materializa en el grupo que uno forma alrededor de sí mismo, y eso se ve mucho en el teatro.  En su caso ha formado una gran familia con Drag Varieté; en la que es tratada como la abuela del grupo por ser la persona de mayor edad.  “A mí me molestan mucho por la edad, y yo digo ‘si, yo soy la vieja’, me reconozco como alguien mayor y acepto mis limitaciones. Sin embargo, es importante tener una base sólida para tu personaje. Tu creación debe estar fundamentada en algo profundo que perdure.” Este año ha estado un poco alejada de los escenarios, y no, no está enfocada en su participación en el reinado de la tercera edad del hospital mental de Bello, como lo publicó Drag Varieté en su perfil de instagram para responder ante las dudas respecto a su desaparición. Decidió bajarse de los tacones por un tiempo y tomarse un descanso para trabajar en otros proyectos, sin embargo, aún hay Laika para rato.    Myth, The Drag Queen: “un mito es algo que

Tras los reflectores del drag

Tras los reflectores del drag

La primera vez que vi un show de drag fue el 22 de junio de 2023 en el Teatro Camilo Torres. Cuando los reflectores apuntaron al escenario, tres figuras aparecieron sobre él, mientras sonaba “Popurrí” de Pandora. El espectáculo, a cargo de Drag Varieté, un grupo conformado por Laika Viryin, Myth The Drag Queen y Tasha West, fue entretenido y emocionante. Al finalizar, me acerqué con quienes me acompañaron para tomarme una foto con las artistas. Ese día, la curiosidad por todo lo que acababa de presenciar me hizo interesarme por el drag, un término del que poco había escuchado y sobre el que no sabía nada. Solo sabía que había disfrutado mucho viéndolo, ¿qué mejor motivo para querer conocer qué se esconde tras los reflectores?

Drag: Arte, Diversidad y Expresión

Integrantes de Cultura Drag Medellín (CDM), colectivo drag de la ciudad. FOTO recuperada de @culturadragmed

En el marco de la celebración del mes del orgullo LGBTIQ+, De la Urbe presenta un especial dedicado a un fenómeno cultural global que desafía normas, celebra la diversidad y promueve la autoexpresión: el drag. Conocerás las historias de artistas de Medellín que se dedican a este arte y cómo crean sus espectáculos. Sin embargo, es fundamental que tengas un contexto adecuado sobre el arte drag antes de adentrarte en este fascinante panorama. Rupaul, ícono drag creadora del programa RuPaul’s Drag Race. Foto recuperada de @rupaulofficial ¿Qué es el drag? El drag es una forma de expresión artística y cultural en la cual las personas (llamadas drag queens o drag kings) se visten y actúan de manera exagerada y teatral. Por lo general, implica el uso de vestimenta llamativa, maquillaje elaborado y una actuación teatral que puede incluir canto, baile, y comedia. Las drag queens son hombres que se visten y actúan como mujeres de manera exagerada, mientras que los drag kings son mujeres que adoptan una apariencia y comportamiento exageradamente masculino. Muchas veces, las presentaciones drag también pueden incluir elementos de crítica social, humor satírico y parodia de roles de género tradicionales.   Historia del drag El drag es mucho más que un arte escénico; es una forma de expresión que desafía y transforma las normas de género y la percepción pública. Aunque su origen es un tanto confuso, algunas teorías apuntan a que esta manifestación artística tiene sus raíces en el siglo XVI en Inglaterra, donde inicialmente se desarrolló en los espectáculos del teatro isabelino. En aquel entonces, las mujeres no tenían permitido actuar en público, por lo que eran hombres quienes asumían roles femeninos dentro del teatro.  Algunas versiones sugieren que, históricamente, el término «drag» se originó del verbo inglés «to drag», que significa arrastrar, haciendo referencia a cómo los hombres que interpretaban papeles femeninos arrastraban sus vestidos por el suelo durante las actuaciones teatrales, otras versiones señalan que es el acrónimo de “dress as a girl” (vestirse como chica). Esta práctica fue evolucionando con el tiempo, encontrando su camino en el vodevil estadounidense, como se llamó a un tipo de espectáculo en el que se representaban sketches cómicos, bailes, cantos y otras variedades, en los que la personificación de lo femenino por hombres se convirtió en una faceta prominente del espectáculo. Un hito crucial en la historia del drag fue la figura de Julian Eltinge, una drag queen que alcanzó gran popularidad en el vodevil a principios del siglo XX. Eltinge no sólo desafiaba las convenciones de género de su tiempo, sino que también se destacaba por su habilidad para interpretar roles femeninos de manera convincente, lo que le llevó a ser reconocido como uno de los actores mejor pagados de su época. Julian Eltinge, actor de teatro y cine estadounidense, conocido sobre todo por sus transformaciones de mujer. Foto recuperada de https://legacyprojectchicago.org/person/julian-eltinge  Julian Eltinge, actor de teatro y cine estadounidense, conocido sobre todo por sus transformaciones de mujer. Foto recuperada de https://legacyprojectchicago.org/person/julian-eltinge  A medida que el siglo XX avanzaba, el drag se convirtió en un refugio y una forma de resistencia para la población  LGBTIQ+ frente a la creciente represión social. En los Estados Unidos, especialmente en lugares como Nueva York, surgieron las primeras manifestaciones de la cultura drag «ball», que combinaba elementos de moda, baile, y performance. Estos «balls» proporcionaban un espacio seguro donde las personas podían expresar su identidad de género y sexualidad de manera libre y creativa. Las décadas de 1950 y 1960 fueron testigo de un cambio significativo con respecto al reconocimiento y visibilidad del drag. Aunque la represión seguía siendo una realidad para muchas personas LGBTIQ+, la comunidad drag comenzó a emerger más abiertamente en la cultura popular, influenciando la música, el cine y el arte en general. Figuras como Flawless Sabrina organizaron concursos de drag que no solo celebraban la creatividad y el talento, sino que también desafiaban las normas sociales establecidas. Sin embargo, fue en la década de 1990 cuando el drag experimentó una transformación radical con la llegada de RuPaul Charles al escenario público. RuPaul, quien se convertiría en una de las drag queens más influyentes y reconocidas a nivel mundial, comenzó su carrera en la industria del entretenimiento como modelo y luego como cantante. Su éxito alcanzó su pico con el lanzamiento de la canción «Supermodel (You Better Work)» en 1992, que se convirtió en un himno para la comunidad drag y le catapultó a la fama internacional.   RuPaul’s Drag Race: la globalización del drag El impacto de RuPaul en la cultura drag no se detuvo ahí. En 2009, creó y presentó el exitoso programa de televisión RuPaul’s Drag Race, que revolucionó la forma en que el mundo percibía y comprendía el arte drag. Este programa no solo puso de relieve la diversidad y el talento dentro de la comunidad drag, sino que también proporcionó una plataforma para que las drag queens de todo el mundo mostraran sus habilidades en una competencia amistosa y divertida. RuPaul’s Drag Race se convirtió rápidamente en un fenómeno cultural global, con versiones adaptadas en varios países y una base de seguidores apasionados. El programa no solo celebra el arte del drag, sino que también aborda temas importantes como la identidad, la aceptación y la lucha contra la discriminación. Además, ha lanzado al estrellato a numerosas drag queens que ahora son íconos de la moda y la cultura pop contemporánea como Sasha Velour y Manila Luzon.    Categorías del drag Algo a tener en cuenta son las categorías que existen dentro del drag, algunas de las más destacadas son:   Fashion queen: son conocidas por su capacidad para crear y presentar looks de moda espectaculares y únicos. Estas reinas utilizan la moda como una forma de expresión artística, transformando estilos con creatividad y habilidad en concursos y eventos LGBTQ+, impresionando con su estilo visual y narrativa personal. Comedy queen: se caracterizan por su habilidad para entretener y hacer reír al público utilizando humor, sátira y exageración. Estas reinas del