Del papel a la escena: conversación con Simon Mesa Soto

Collage de Ana Luisa Villegas Suárez. Simon Mesa Soto le ha entregado a Colombia y al mundo, retratos de la sociedad antioqueña, de verdades que transitan la cotidianidad paisa, en voces que se convirtieron en cine. Hoy, cuando estrena Un poeta y su obra sigue recorriendo festivales internacionales, realizarle una entrevista resultó inevitable; no sólo porque sus películas le han proyectado al mundo una Antioquia íntima y contradictoria, sino porque ha logrado abrir un espacio donde lo personal y lo social se funden en imágenes que invitan a la reflexión colectiva. Perteneciente a una de las primeras generaciones del pregrado en Comunicación Audiovisual y Multimedial, de la Facultad de Comunicaciones y Filología de la Universidad de Antioquia y magíster en Dirección de Cine en la Escuela de Cine de Londres, Simon Mesa Soto, comienza a entretejer un mapa de identidades dentro de un hilo narrativo que se transforma en sonido e imagen. Una de las primeras percepciones que marcarían su forma de contar a través del cine, apareció en el Estadio Atanasio Girardot: cuando su hermano partía en un camión del ejército mientras su madre lo despedía. Él, todavía niño, junto con su madre observaban la partida de su hermano. Años después, ese recuerdo se transformó en Amparo, su primer largometraje, una película que retrata la experiencia de una madre al enfrentarse con la entrada de su hijo a ese contexto tan austero; una realidad de muchas familias en Colombia. “Uno de los recuerdos que más me marcó fue de cuando estaba muy pequeño y acompañaba a mi mamá al estadio. Mi hermano iba a presentarse al Servicio Militar, y recuerdo verlo salir en un camión rumbo al pueblo donde prestaría servicio. La imagen de mi mamá despidiéndolo, moviéndole la mano mientras él se iba, se me quedó grabada. Creo que de esa escena partió la historia, o al menos es el recuerdo más fuerte que conservo” La realidad, que se impone como protagonista de sus películas, transpone sus propios sentires en el papel y va trazando aquello que, en determinado momento, el espectador llegará a ver. Esa realidad se convierte también en inicio, nudo y desenlace de experiencias personales que se sumergen en el sentir común de una sociedad. Por eso, lo esencial es atender a la voz, que en escena, cuenta la historia: una voz que, detrás, sostiene el guión y la claqueta del director de cine. Esta relación entre la experiencia propia y el cine no es abstracta, está atravesada por las búsquedas y dilemas del director: “Mis películas terminan siendo el reflejo de mi propio proceso como ser humano. Uno no puede desligarse de eso. En especial, Un poeta, es una forma de expresar mis preocupaciones y dilemas frente al entorno en el que vivo, frente al arte y a la creación artística, y frente a todos esos conflictos que, en últimas, son también los míos” Esta simbiosis entre lo íntimo y lo social, que atraviesa toda su obra, inicia un viaje en el que aparecen caminos, personas y voces diversas que terminan dictando la trama. Ese recorrido se articula como un tejido de realidades e interpretaciones, que configuran la experiencia de lo habitado. Por ejemplo, ¿cómo hablar de un tema tan complejo como la explotación sexual a través de imágenes y secuencias que, al mismo tiempo, inviten a la reflexión de toda una sociedad? Tal vez la respuesta esté en observar de cerca el contexto y, luego, atender a la forma que toma la historia en el papel, hasta convertirse en un cortometraje: Leidi o Madre. Sobre este proceso, Simon recuerda: “Tras hacer Leidi, una fundación en Suecia que luchaba contra la explotación sexual infantil me contactó porque quería realizar un proyecto: cinco cortometrajes en distintas partes del mundo que, juntos, formaran una sola película sobre el tema. Me invitaron a participar y me financiaron un corto. Me interesaba mucho ser parte de eso, así que acepté. En ese momento, en 2015, me acerqué a la Secretaría de Inclusión Social en Medellín. Allí pude comprender mejor la problemática a través de los programas que existían y, además, visitar algunos de ellos. Eso me permitió ver la realidad de cerca y entender al sujeto, al personaje que habita esa historia” Foto de Simón Mesa Soto en collage de Ana Luisa Villegas Suárez En la película Un poeta, esta tensión alcanza un punto de quiebre, pareciera que el personaje funciona como un alter ego del director, como si fuese un espejo donde se cruzan la crítica, la ironía y la autoconciencia del artista. En palabras de Simon: “En él están también mi visión del fracaso y mi idealización del arte y del reconocimiento. Me veo en él, yo soy él. Y al mismo tiempo me río de él como me río de mí mismo, de mis dilemas y del arte. Al final, mis películas son parte de mí, se vuelven parte de mi vida y de mi proceso” Al mismo tiempo que el personaje funciona como espejo del artista, también se convierte en espejo de quien lo observa, de quien es consciente de su existencia. Contar las experiencias inscritas en la sociedad es, entonces, dar voz a situaciones que buscan visibilizarse. En ese sentido, lo que se transmite en la pantalla es una hermenéutica de la sociedad, una lectura colectiva que permite entender que cada corto o largometraje está hecho, en últimas, por la sociedad misma. Desde su experiencia, Simon, lo expresa de la siguiente manera: “Las películas siempre tienen múltiples interpretaciones, y eso es muy bello. Cuando uno las hace, no parte únicamente de una visión propia, ya sea como guionista o como director. Después, mucha gente entra a la película y empieza a sumar sus puntos de vista. En realidad, una película son las decisiones de muchas personas, y más tarde está también la interpretación que hace el público: cada espectador la recibe de una manera particular. Eso es lo fascinante, porque al final se convierte en un juego de interpretaciones” El verdadero punto
Espesuras: una exposición que indaga cómo el arte ayuda a resignificar un mundo herido

Tras la COP16, el Museo La Tertulia de Cali y el Parque Explora de Medellín se aliaron para construir la exposición Espesuras: habitar un mundo herido, una propuesta de arte contemporáneo que tiene como propósito profundizar en las relaciones entre ciencia, problemáticas sociales, arte y saberes ancestrales en medio de la relación desequilibrada que tenemos los seres humanos con el planeta.
Tormentas solitarias: dos retratos literarios sobre la soledad
Radio Soledad 101.2 FM: la radio para gente sola
Historias en tacones: arte y activismo drag

Sus tacones pisan con fuerza cuando están en el escenario, tienen claro que ser drag es más que maquillaje y pelucas. Laika, Myth, Tasha, Bruna y Amalía son cinco drag queens de Medellín que luchan por darle más visibilidad a este arte; a traves de sus historias exploramos la pasión y el activismo que impulsan a estas artistas a transformar el escenario con su brillantez y creatividad. Cada perfil revela las vivencias personales, desafíos y triunfos que definen su carrera, ofreciendo una mirada íntima sobre el panorama drag local. Laika Viryin: toda una vida en el escenario Una fusión entre la cultura pop y una estética señorial dan vida a esta comedy queen, Laika Viryin, una drag teatrera que no encaja en el ambiente de discoteca. Hacer reír es lo suyo, y para eso se ha posicionado como un personaje que no teme desafiar convenciones y ofrecer una visión clásica pero a la vez refrescante dentro de la escena artística de Medellín. Laika es una amante y coleccionista de pelucas, y desde hace varios años se dedica también a venderlas. Foto: cortesía. Detrás de Laika se encuentra Ítalo Cardozo, un teatrero de 49 años, maestro en artes representativas de la Universidad de Antioquia, que ha pasado la mayor parte de su vida sobre un escenario. Nunca ha indagado profundamente si el teatro es una vocación; sin embargo, desde su infancia, siempre estuvo seguro de que pertenecía a ese mundo. El nombre de Laika Viryin se inspira en dos figuras icónicas: la canción de 1984 «Like a Virgin» de Madonna y Laika, la perra soviética que en 1957 se convirtió en el primer ser vivo en orbitar la tierra. Desde sus inicios se ha distinguido no sólo por su presencia escénica, sino también por la profundidad de su construcción y el propósito artístico que tiene: dar un buen show. Antes de Laika existió La Chiqui, un personaje que de algún modo sirvió de inspiración para su creación. La Chiqui, protagonista de la obra “¡Ay! Días Chiqui” del dramaturgo José Manuel Freidel (1951- 1990) es una travesti que reside en un sórdido sótano y se enfrenta a la desaparición de sus amigas travestis, así como a la persecución del Estado hacia diversas orientaciones sexuales. Italo la personifica desde 2011, y de ella extrajo muchas características para crear a Laika en 2017. A diferencia de La Chiqui, Laika está construida desde la exageración de lo femenino con un enfoque en la comedia y el espectáculo. Mientras La Chiqui se inclina más hacia lo trans y el travestismo, Laika es una comedy queen. No se alinea con las fashion queens que realizan complejas coreografías de baile, sino que prefiere la música de plancha, haciendo Lip Sync y coreografías sencillas. Su principal objetivo es hacer reír. “Siempre me he considerado un payaso, yo entro en lo que es más una comedy queen. Desde 2005, he sido un improvisador teatral, entonces mis shows tienen mucho de eso.” La incursión de Ítalo en el mundo drag con Laika Viryin no solo ha sido un viaje personal, sino también una contribución significativa al panorama artístico de Medellín. En 2020, colaboró con otras drags locales como Tasha West y Myth, The Drag Queen, para formar Drag Varieté. Este grupo se consolida como una forma de resistencia artística, que ocupa un espacio importante en la escena cultural de la ciudad y contribuye para que el drag sea acogido en otros espacios como el teatro, en los que si bien ya existen representaciones muy similares, no se presentan como tal de esta manera. Laika se describe como una «señora drag» que disfruta de la música de plancha y evita el dramatismo de artistas como Isabel Pantoja. Esto subraya su preferencia por lo ligero y humorístico sobre lo dramático y trágico. Su caracterización va más allá de las actuaciones, reflejando una personalidad que busca conectar con su audiencia a través de la risa y la empatía. Cuando está en personaje gesticula de una manera ante la cual es imposible no sacar cuando menos una carcajada, pero cuando se quita el maquillaje y es Ítalo, tiene un rostro sereno, serio, casi enigmático. En cuanto al panorama actual de Medellín para hacer teatro, tiene la convicción de que los procesos deben rejuvenecerse. Considera crucial dar espacio a nuevas generaciones para integrarse en los procesos artísticos. Aunque reconoce la consolidación de grupos establecidos en Medellín, como Matacandelas, Acción Impro y Teatriados, enfatiza en la importancia de abrir las puertas a generaciones emergentes. Su creencia reside en que los procesos artísticos, al igual que las personas, deben evolucionar y renovarse para mantenerse vibrantes y relevantes. Del mismo modo, cree que las nuevas generaciones deben crear sus propios espacios. Laika es fiel creyente de que si uno no encuentra su espacio en los grupos existentes, la opción es crear su propio espacio y rodearse de personas que compartan la misma visión. Para ella, el concepto de familia trasciende lo biológico y se materializa en el grupo que uno forma alrededor de sí mismo, y eso se ve mucho en el teatro. En su caso ha formado una gran familia con Drag Varieté; en la que es tratada como la abuela del grupo por ser la persona de mayor edad. “A mí me molestan mucho por la edad, y yo digo ‘si, yo soy la vieja’, me reconozco como alguien mayor y acepto mis limitaciones. Sin embargo, es importante tener una base sólida para tu personaje. Tu creación debe estar fundamentada en algo profundo que perdure.” Este año ha estado un poco alejada de los escenarios, y no, no está enfocada en su participación en el reinado de la tercera edad del hospital mental de Bello, como lo publicó Drag Varieté en su perfil de instagram para responder ante las dudas respecto a su desaparición. Decidió bajarse de los tacones por un tiempo y tomarse un descanso para trabajar en otros proyectos, sin embargo, aún hay Laika para rato. Myth, The Drag Queen: “un mito es algo que
Drag: Arte, Diversidad y Expresión

En el marco de la celebración del mes del orgullo LGBTIQ+, De la Urbe presenta un especial dedicado a un fenómeno cultural global que desafía normas, celebra la diversidad y promueve la autoexpresión: el drag. Conocerás las historias de artistas de Medellín que se dedican a este arte y cómo crean sus espectáculos. Sin embargo, es fundamental que tengas un contexto adecuado sobre el arte drag antes de adentrarte en este fascinante panorama. Rupaul, ícono drag creadora del programa RuPaul’s Drag Race. Foto recuperada de @rupaulofficial ¿Qué es el drag? El drag es una forma de expresión artística y cultural en la cual las personas (llamadas drag queens o drag kings) se visten y actúan de manera exagerada y teatral. Por lo general, implica el uso de vestimenta llamativa, maquillaje elaborado y una actuación teatral que puede incluir canto, baile, y comedia. Las drag queens son hombres que se visten y actúan como mujeres de manera exagerada, mientras que los drag kings son mujeres que adoptan una apariencia y comportamiento exageradamente masculino. Muchas veces, las presentaciones drag también pueden incluir elementos de crítica social, humor satírico y parodia de roles de género tradicionales. Historia del drag El drag es mucho más que un arte escénico; es una forma de expresión que desafía y transforma las normas de género y la percepción pública. Aunque su origen es un tanto confuso, algunas teorías apuntan a que esta manifestación artística tiene sus raíces en el siglo XVI en Inglaterra, donde inicialmente se desarrolló en los espectáculos del teatro isabelino. En aquel entonces, las mujeres no tenían permitido actuar en público, por lo que eran hombres quienes asumían roles femeninos dentro del teatro. Algunas versiones sugieren que, históricamente, el término «drag» se originó del verbo inglés «to drag», que significa arrastrar, haciendo referencia a cómo los hombres que interpretaban papeles femeninos arrastraban sus vestidos por el suelo durante las actuaciones teatrales, otras versiones señalan que es el acrónimo de “dress as a girl” (vestirse como chica). Esta práctica fue evolucionando con el tiempo, encontrando su camino en el vodevil estadounidense, como se llamó a un tipo de espectáculo en el que se representaban sketches cómicos, bailes, cantos y otras variedades, en los que la personificación de lo femenino por hombres se convirtió en una faceta prominente del espectáculo. Un hito crucial en la historia del drag fue la figura de Julian Eltinge, una drag queen que alcanzó gran popularidad en el vodevil a principios del siglo XX. Eltinge no sólo desafiaba las convenciones de género de su tiempo, sino que también se destacaba por su habilidad para interpretar roles femeninos de manera convincente, lo que le llevó a ser reconocido como uno de los actores mejor pagados de su época. Julian Eltinge, actor de teatro y cine estadounidense, conocido sobre todo por sus transformaciones de mujer. Foto recuperada de https://legacyprojectchicago.org/person/julian-eltinge Julian Eltinge, actor de teatro y cine estadounidense, conocido sobre todo por sus transformaciones de mujer. Foto recuperada de https://legacyprojectchicago.org/person/julian-eltinge A medida que el siglo XX avanzaba, el drag se convirtió en un refugio y una forma de resistencia para la población LGBTIQ+ frente a la creciente represión social. En los Estados Unidos, especialmente en lugares como Nueva York, surgieron las primeras manifestaciones de la cultura drag «ball», que combinaba elementos de moda, baile, y performance. Estos «balls» proporcionaban un espacio seguro donde las personas podían expresar su identidad de género y sexualidad de manera libre y creativa. Las décadas de 1950 y 1960 fueron testigo de un cambio significativo con respecto al reconocimiento y visibilidad del drag. Aunque la represión seguía siendo una realidad para muchas personas LGBTIQ+, la comunidad drag comenzó a emerger más abiertamente en la cultura popular, influenciando la música, el cine y el arte en general. Figuras como Flawless Sabrina organizaron concursos de drag que no solo celebraban la creatividad y el talento, sino que también desafiaban las normas sociales establecidas. Sin embargo, fue en la década de 1990 cuando el drag experimentó una transformación radical con la llegada de RuPaul Charles al escenario público. RuPaul, quien se convertiría en una de las drag queens más influyentes y reconocidas a nivel mundial, comenzó su carrera en la industria del entretenimiento como modelo y luego como cantante. Su éxito alcanzó su pico con el lanzamiento de la canción «Supermodel (You Better Work)» en 1992, que se convirtió en un himno para la comunidad drag y le catapultó a la fama internacional. RuPaul’s Drag Race: la globalización del drag El impacto de RuPaul en la cultura drag no se detuvo ahí. En 2009, creó y presentó el exitoso programa de televisión RuPaul’s Drag Race, que revolucionó la forma en que el mundo percibía y comprendía el arte drag. Este programa no solo puso de relieve la diversidad y el talento dentro de la comunidad drag, sino que también proporcionó una plataforma para que las drag queens de todo el mundo mostraran sus habilidades en una competencia amistosa y divertida. RuPaul’s Drag Race se convirtió rápidamente en un fenómeno cultural global, con versiones adaptadas en varios países y una base de seguidores apasionados. El programa no solo celebra el arte del drag, sino que también aborda temas importantes como la identidad, la aceptación y la lucha contra la discriminación. Además, ha lanzado al estrellato a numerosas drag queens que ahora son íconos de la moda y la cultura pop contemporánea como Sasha Velour y Manila Luzon. Categorías del drag Algo a tener en cuenta son las categorías que existen dentro del drag, algunas de las más destacadas son: Fashion queen: son conocidas por su capacidad para crear y presentar looks de moda espectaculares y únicos. Estas reinas utilizan la moda como una forma de expresión artística, transformando estilos con creatividad y habilidad en concursos y eventos LGBTQ+, impresionando con su estilo visual y narrativa personal. Comedy queen: se caracterizan por su habilidad para entretener y hacer reír al público utilizando humor, sátira y exageración. Estas reinas del