Foto tomada de Colombiana de Transplantes
La donación de órganos y tejidos es definida por el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia como “el acto por el cual una persona en vida o su familia después de la muerte autorizan la extracción de órganos y tejidos para trasplante, con el fin de ayudar a otras personas”.
Existen dos tipos de donantes: el fallecido, que es aquella persona con muerte cerebral a la que se le pueden extraer sus órganos y tejidos para trasplante; y el vivo, que son parientes entre el primer y cuarto grado de consanguinidad, que pueden donar los órganos pares como los riñones o segmentos de hígado, páncreas o pulmón, o los tejidos que se pueden regenerar como la sangre o la médula ósea.
Donante fallecido de órganos y tejidos
Juan Carlos Gómez. Foto: cortesía.
Juan Carlos Gómez era un hombre alegre, madrugador, con un buen estado físico y muy saludable. Tenía 48 años y regresaba de trabajar cuando su vida se empezó a extinguir.
El 30 de enero de 2022, a eso de la medianoche Juan Carlos llegó a la casa, en un momento perdió el equilibrio y se cayó. “No pensamos que era tan grave, yo lo revisé y como él reaccionó entonces yo quedé tranquila, pero tenía cierto temblorcito, parecía ido, no reconocía, no volvió a hablar”, expresó Olga Gómez, su hermana.
En el centro de salud, la doctora que lo atendió les dijo que el caso era grave y que lo debían remitir al Hospital San Vicente Fundación. Allí hicieron una junta médica y le diagnosticaron muerte cerebral. Pero como Juan Carlos estaba bien de salud y tenía los órganos en buen estado, fue reportado como un potencial donante.
“Yo creo que le hicieron como una especie de trabajo psicológico a mi mamá, porque le dijeron que hiciera su duelo, que viera que había muchas personas que necesitaban órganos y que con eso iba a salvar muchas vidas y la verdad es que sí, porque todos los órganos de él estaban intactos. Ella en medio de su dolor dijo que sí”, contó Olga sobre la entrevista familiar que tuvieron.
Y aunque Juan Carlos nunca habló con su familia sobre la donación de órganos, sus padres y hermanos consideran que como él fue una gran persona, que hacía buenas obras, no se hubiera opuesto a esta decisión, por lo que quedaron con la satisfacción de haber salvado muchas vidas.
De acuerdo con César Augusto Gómez Fonnegra, subsecretario de desarrollo y prestación de servicios de salud de Antioquia, “en la Regional N°2 existe una buena cultura de donación; a través del tiempo se ha contado con buenas tasas de donación, aunque todavía falta un poco de conciencia sobre la importancia de la donación y de cómo con ella se pueden salvar las vidas de muchas personas o mejorar su calidad de vida”.
Donante vivo
Swanlly Rojo. Foto: cortesía.
Al analizar los informes del Instituto Nacional de Salud, desde el 2010 hasta el 2021 hay un aumento en los donantes vivos de riñón e hígado. En el 2021, de los 937 trasplantes realizados, 214 fueron con donante vivo.
Swanlly Rojo fue diagnosticada con una enfermedad renal, y estuvo casi tres años en lista de espera por un trasplante de riñón, pero nunca la llegaron a llamar. “Mi primera opción siempre fue un donante cadavérico”, contó esta ingeniera en productividad y calidad, de 30 años de edad.
Según Blanca Ludivia Vargas, la madre de Swanlly, "de la enfermedad de ella no sabíamos nada. Yo empecé a averiguar cuáles podían ser las posibles soluciones, entre esas que uno podía ser un donante vivo, entonces yo le dije a ella que averiguáramos todo para ser su donante, y ella siempre se negaba porque le daba susto”.
Swanlly tomó la decisión seis o siete meses antes del trasplante, hablaron con los doctores, quienes les explicaron cuáles eran los pros y los contras, “y a raíz de eso, ella se dio cuenta de que era un proceso que se podía vivir, que era una cosa fácil”. Se iniciaron los exámenes y Blanca tuvo una cantidad de citas con diferentes especialistas, todos querían verificar si estaba decidida a ser donante viva. Y ella nunca lo dudó.
El trasplante fue el 7 de marzo de 2019 en el Hospital San Vicente Fundación de Rionegro. Primero prepararon a Blanca, la ingresaron al quirófano, le hicieron una laparoscopia y una mini cesárea para extraer el órgano. Dos horas después, Swanlly fue ingresada a cirugía para ponerle el riñón de su mamá.
Para Blanca, el trasplante que recibió su hija, significó tranquilidad, amor, paz. Para Swanlly, recibir el órgano de su mamá fue como volver a nacer, una experiencia sobrehumana. “Yo pienso que la donación es maravillosa, es volver a vivir como si nada, hay que tener muchos cuidados, pero eso te cambia la vida totalmente, la donación es demasiado importante”, señaló Swanlly.
Dar vida después de la muerte es posible, solo se necesita decir sí y expresar la voluntad de que al momento de fallecer todos los órganos y tejidos puedan ser utilizados para trasplante. También se puede mejorar la calidad de vida de un familiar enfermo, tomando la decisión de ser donante vivo y cumpliendo con unos requisitos de compatibilidad y buena salud.