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Laura Manuela Cano Loaiza
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Trabajar en apps de servicio: la incertidumbre del vacío legal

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El futuro de las plataformas digitales de servicio parece tener un horizonte claro con la reforma laboral anunciada por el gobierno Petro. Durante años han permanecido en un limbo regulatorio que las libra de responsabilidades e impide la creación de una normatividad clara

 

Rappi

Los trabajadores de diferentes aplicaciones de servicio están a la espera de una mejora en sus condiciones laborales. Foto: Reuters

El lunes 30 de enero se dio a conocer el borrador de un proyecto de ley de la Superintendencia de transporte que pretendía regular las aplicaciones de transporte con medidas restrictivas para los conductores que ejercen esta modalidad de trabajo. El debate surgió a raíz de la denuncia de Alianza In, asociación que agremia a las plataformas digitales, sobre la socialización de este proyecto. Después de dos días de reacciones adversas a la medida por parte del gremio, José Daniel López, director ejecutivo de Alianza In, anunció que el gobierno suspendió la radicación del proyecto y aceptó la celebración de audiencias regionales y la creación de una mesa de diálogo con los ministerios de Transporte, Trabajo y TIC para discutir una reglamentación. 

Ante este panorama y el de la próxima reforma laboral que el gobierno planea presentar este año ante el congreso, vuelve a surgir el debate sobre la regulación de las plataformas digitales de domicilios y transporte que, según un informe de Fedesarrollo publicado en 2021, permiten generar ingresos a 67 mil y 84 mil trabajadores, respectivamente y representan un 0,2% del PIB colombiano. La encuesta realizada por la fundación para el informe reveló, entre otras cosas, que de estas apps se benefician especialmente personas con pocas probabilidades de encontrar un empleo formal, como los migrantes y quienes tienen bajos niveles educativos. 

Desde 2018 se han tramitado en el congreso varios proyectos de ley con el fin de reglamentar, principalmente, la situación de los trabajadores, pero ninguno ha sido aprobado. Un estudio de la Organización Internacional del Trabajo del 2021, reconoce que todos estos proyectos se enfocaban casi exclusivamente en la cobertura de los servicios de seguridad social pero no abarcaban normatividad relacionada con jornadas laborales, horas extra, vacaciones, salario mínimo, entre otros asuntos.  

Hasta ahora solo tres aplicaciones se habían acercado a la formalización de sus trabajadores: la extinta plataforma Domicilios.com y posteriormente la empresa que la absorbió, Ifood (que se fue de Colombia), cubrían la seguridad social de sus domiciliarios y Jokr, app para hacer mercado que también cerró en el país, contrataba a sus repartidores con todas las prestaciones y les facilitaba los vehículos y el equipamiento para realizar su trabajo. Más allá de esto, ninguna de las grandes aplicaciones que prevalecen en el mercado ha celebrado algún tipo de contrato laboral con sus trabajadores. 

Apps de servicio

Así se ve el panorama de las aplicaciones de servicio más grandes tras la salida de plataformas como Jokr, Ifood, Beat y Uber Eats.

Entre las aplicaciones de servicio más exitosas del panorama digital actual, se encuentra Rappi, ícono del sector de startup a nivel nacional. La empresa, que conecta a sus trabajadores a través de un contrato por mandato, ha sido objeto de críticas y denuncias en los últimos años por su modelo laboral basado en la flexibilidad. En una entrevista con el medio Portafolio.co en 2019, Alejandro Galvis y Sebastián Rúales, voceros de la plataforma, afirmaron que Rappi ofrecía a los rappitenderos la posibilidad de generar ingresos complementarios a otras actividades, pero que por la fluctuación de la demanda era inviable pensar en contrataciones a los repartidores.  

Conversamos con Juan Esteban Ávila, rappitendero y polítólogo de 22 años sobre los obstáculos que enfrentan los repartidores en la app por la poca claridad en sus políticas y la falta de regulación por parte del gobierno, a propósito del hilo que publicó en Twitter en diciembre de 2022 denunciando sus condiciones laborales.  

El domiciliario afirma que es posible vivir de Rappi y se puede ganar más del mínimo, pero se debe descontar de la seguridad social y los gastos de rodamiento, y trabajar entre diez y doce horas diariamente. Menciona que las ganancias son muy variables, disminuyendo en semana y aumentando los fines de semana: “Entre semana es muy poco lo que se puede ganar porque los pagos son muy bajos, hablamos de pagos de menos de $3.000 por tres o cuatro kilómetros, y muchos de los domicilios implican no solo recoger el producto sino elegirlo, hacer fila en la caja, comprarlo”. Según la encuesta realizada por Fedesarrollo para el informe antes mencionado, para noviembre de 2020, un trabajador de mensajería y domicilios podía estar ganando $867 mil por 35 horas de trabajo, y uno de transporte ganaba cerca de $1,28 millones por 47 horas a la semana. Hasta 2018 Rappi contemplaba una tarifa fija de $3.500 por pedido realizado, pero cambió la forma de pago y ahora esta varía según diferentes factores que inciden en el reparto de los domicilios. 

Al hablar de los momentos con mayor afluencia de pedidos en la app, Juan Esteban comenta que: “En los días de lluvia, cuando la cantidad de pedidos supera a la cantidad de rappitenderos, la aplicación le asigna a uno un recargo. Una de las muchas formas de subordinación laboral es la autoaceptación de pedidos. Es decir, uno no tiene la autonomía suficiente para elegir qué servicios tomar, sino que la aplicación los asigna automáticamente sin uno saber a donde debe entregar el domicilio. Cuando se autoaceptan los pedidos tienden a pagar más y asignar más, y cuando se rechazan dos pedidos seguidos la app banea al domiciliario por 20 minutos o media hora, algo que no está en los términos y condiciones”. En un apartado en el sitio web de Rappi sobre las inhabilitaciones, la app sugiere solo aceptar los pedidos que se desean realizar y, en un video publicado en febrero de 2021, especifica las causas de bloqueo temporal para los repartidores, entre las que no se encuentra el rechazo de pedidos. 

Para garantizar la presencia constante de rappitenderos en todo momento del día, la aplicación maneja un sistema de reservas, que prioriza a los repartidores que apartan turnos para trabajar sobre los que lo hacen esporádicamente. Aunque Rappi tiene un seguro de accidentes personales que cubre a todos los trabajadores por igual, su seguro de salud sí distingue entre ellos según una malla de clasificación que los divide en cuatro categorías que van en orden ascendente: alerta y nuevos repartidores, bronce, plata y diamante, según las tasas de aceptación y finalización, las calificaciones de los usuarios, las horas en alta demanda, el número de reservas y el porcentaje de reserva completadas. A mayor categoría, más beneficios, pero esto comienza a ser cuestionable cuando programas como el plan mensual de salud gratuito que ofrece la plataforma a los rappitenderos dividen su cobertura según este parámetro.  

Beneficios

El beneficio, como lo llama la empresa, es de carácter mensual y se renueva habiendo aceptado al menos una orden en 30 días. Tabla: Soyrappi.com.co

Juan Esteban lamenta que, por la naturaleza desagregada del trabajo en Rappi, es difícil empatizar y asociarse con los otros compañeros, dificultando la exigencia de asuntos como el aumento del pago o las irregularidades en las ganancias. “Rappi no da claridad respecto a la remuneración del rappitendero frente al pago que realiza el cliente. Los pedidos realizados por cuentas Rappi Prime muchas veces no tienen propina y el pago es únicamente por kilómetro. Nosotros creemos que la aplicación paga por distancia recorrida mas no por el proceso de alistar el pedido. A veces, Rappi sí tiene en cuenta el número de ítems en los mercados y en las cuentas de farmacia, pero no considera los horarios pico de los supermercados.” 

Al preguntarle qué esperaría de una regulación a la plataforma, Ávila considera que, por sus mediciones y requisitos, Rappi tiene una base suficiente para generar contratos de medios tiempo y tiempo completo a sus trabajadores a largo plazo; y a mediano y corto plazo, podría automatizar de una forma más justa al algoritmo y establecer tarifas mínimas decentes y diferenciadas según la dificultad de las tareas y el tiempo.  

Para Jhoniell Colina, vicepresidente del sindicato Unidapp que agremia a los trabajadores de plataformas digitales de servicios, las principales exigencias de los trabajadores de aplicaciones de reparto son la presunción legal de laboralidad, la transparencia algorítmica y la seguridad social. Colina también comenta que la asociación está preparando el borrador de un proyecto de ley pero que antes de presentarlo están a la espera de la reforma laboral para participar activamente de una discusión que esperan que incluya a plataformas, trabajadores y gobiernos para lograr un acuerdo justo. 

 A pesar de todo el camino por recorrer, el agremiado celebra la voluntad política del gobierno para incluir a los trabajadores de reparto en el Plan Nacional de Desarrollo, emprender una reforma laboral que contemple a las plataformas y abrir una investigación contra Rappi por presunto incumplimiento de normas de seguridad y salud en el trabajo y por su negativa a negociar con el sindicato.

De la Urbe intentó comunicarse con Rappi en repetidas ocasiones para plantearle algunas preguntas frente a las quejas de sus trabajadores y la posibilidad de regulación, pero la empresa no dio respuesta. 

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