Los miembros de NUJ en RTÉ se reunieron para resaltar la difícil situación de los trabajadores de los medios bajo ataque de Rusia. Imagen posteada por el periodista @Seamusdo en Twitter.
Por: Laura Orrego, Daniela Portilla, Julián Caro, Jhojan Meneses, Sofía Hoyos.
Tras 9 días de enfrentamientos entre Rusia y Ucrania, el parlamento y el presidente ruso, Vladimir Putin, aprobaron una ley que pretende castigar hasta con 15 años de prisión a las personas que difundan “información falsa” sobre las actividades de las Fuerzas Armadas de ese país a propósito de la invasión a Ucrania. El texto también incluye castigos a quienes difundan “llamados a imponer sanciones contra Rusia”.
Además, los datos difundidos sobre la guerra deben ser los emitidos oficialmente por el gobierno y quienes incumplan esta medida podrían enfrentar multas y castigos (ver infografía) que van desde 15 días de cárcel a quienes propaguen “mensajes de irrespeto al poder ruso”, hasta los 15 años de cárcel previstos por la difusión de “datos falsos”.
Conexiones De la Urbe contactó a dos periodistas que ejercen su profesión en Rusia. La primera de ellas, extranjera que trabaja para un medio de ese país, dijo no tener permitido dar declaraciones y agregó: “El tema es delicado, no creo que ningún ruso quiera hablar de ello». La otra periodista, de nacionalidad rusa, respondió: “No ofrezco comentario alguno (…) no puedo darte entrevistas porque no me quiero ir a la cárcel”.
En ese país ya existían leyes que regulan a los medios de comunicación, que han contribuido a que Rusia esté en el puesto 150 entre 180 países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. En 2012 se adaptó la ley de “agentes extranjeros” que vigilaba a las organizaciones que recibían fondos del exterior y en 2018 fue actualizada para ser aplicada a periodistas y blogueros; esto permitía tacharlos de espías e intimidarlos judicialmente.
Las sanciones que se han impuesto a Rusia también implican restricciones a medios de comunicación, entre los que se encuentran la BBC y Deutsche Welle, a los cuales los ciudadanos de ese país perdieron acceso a sus plataformas. Por su parte, algunos medios como CNN y Bloomberg decidieron, por iniciativa propia, suspender temporalmente su trabajo en Rusia luego de la aprobación de la ley.
Los medios locales no son la excepción a las restricciones; las cadenas independientes fueron bloqueadas por distribuir información que "ponía en peligro vidas", aun cuando algunas de ellas eran medios con gran trayectoria, Eco de Moscú llevaba 32 años al aire y Dozhd era reconocido por ser crítico con el Kremlin.
Según Roskomnadzor, el organismo del gobierno ruso encargado de supervisar las telecomunicaciones, estos medios estaban publicando información falsa sobre el enfrentamiento con Ucrania; contaban bombardeos en zonas civiles que no habían sucedido y aumentaban el número de soldados rusos fallecidos. A pesar del bloqueo aún hay algunas formas de llegar a estos medios por las redes sociales, aunque ya el supervisor ha manifestado querer restringir también estas redes.