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Edición 102

event 21 Abril 2022
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Melissa Téllez Hernández Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla. Sara Mesa Pérez Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Necesita activar JavaScript para visualizarla.
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  • Una nueva propuesta para el arte en Girardota

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    A finales del año pasado, profesores y estudiantes de la Casa de la Cultura Pedrito Ruiz de Girardota denunciaron a la administración local por acoso laboral y presiones políticas a sus estudiantes y profesores. A varios de esos profesores no les renovaron contratos y otros renunciaron por solidaridad. Ahora decidieron crear una academia de artes al margen de las banderas políticas. Esta es la historia de la AMA. 

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    Fotografía: José Vallejo Úsuga.

     

    José Julián Restrepo lleva 25 años trabajando como profesor de instrumentos de viento y lectura musical en Girardota. También dirigió la Banda Sinfónica de la Casa de la Cultura Pedrito Ruiz desde 2010 hasta 2021, cuando tuvo que dejar sus cursos por diferencias con la administración municipal. Lo mismo sucedió con por lo menos otros siete docentes y con un grupo de estudiantes que hacían parte de este espacio cultural.

    Restrepo asegura que entre las principales razones de su salida y la de algunos de sus colegas estuvo la politización de la Casa de la Cultura y el condicionamiento para servir a los intereses de la alcaldía de Diego Agudelo. Según el profesor, lo que buscó en compañía de sus colegas durante los 11 años que estuvo al frente de la Banda Sinfónica fue que “la cultura no estuviera al servicio de la política, sino al contrario. Todo se hacía con trabajo y dedicación. No tuvimos nunca que estar detrás de una bandera política”.

    Debido a los obstáculos para dictar sus cursos y a la falta de apoyo de la administración en asuntos como espacios y festivales, algunos profesores se unieron para crear la Academia Municipal de Artes (AMA), un proyecto independiente que abrió sus puertas el 14 de marzo con 63 estudiantes y ofrece cursos de artes para toda la comunidad. Hasta el momento, la academia está conformada por 15 profesores de disciplinas como danza, artes plásticas y música.

    La cultura como fortín político

    Las fiestas de diciembre eran el momento para mostrar los avances de los estudiantes de la Escuela de Música en Girardota. Sin embargo, en 2021 la administración municipal no aceptó la programación del recital que los maestros presentaron. Según le dijo el alcalde Agudelo a El Colombiano, esto pasó porque no entregaron el cronograma a tiempo, aunque los profesores y los estudiantes aseguran que la Alcaldía no quiso destinar los recursos y además los acusó de ser contradictores políticos.

    Ante esa decisión, los profesores avisaron a los estudiantes y los padres de familia que, por primera vez en muchos años, sus procesos no serían socializados. Algunos padres de familia redactaron un comunicado en el que denunciaban la desfinanciación del sector, las malas condiciones en las que se encontraba la Casa de la Cultura, la falta de dotación y el hostigamiento contra algunos de los estudiantes que no apoyaban la gestión del gobierno local, principalmente, por parte del subsecretario de Cultura Sebastián Cañas y el promotor cultural Jorge Saldarriaga. “Notamos la ausencia de la administración en general, especialmente por parte de la Subsecretaría de Cultura, en el desarrollo de los procesos musicales, en donde hay omisión y no hay acción. En palabras coloquiales: ‘No hacen, ni dejan hacer’”, decía el comunicado.

    En respuesta, según aseguran los profesores, Cañas le preguntó a cada profesor si estaba de acuerdo con el comunicado. “Ahí fue cuando nosotros empezamos a sentir cierta persecución laboral”, cuenta Jaime Jaramillo, maestro en piano de la Universidad de Antioquia y exprofesor de la Casa de la Cultura. El 22 de diciembre de 2021, se radicó una denuncia ante la Procuraduría y la Personería por esas presiones.

    La situación empeoró cuando, el 22 de enero, se filtró un audio de Cañas durante una reunión que había tenido en diciembre con los profesores. Al funcionario se le escucha decir que la Casa de la Cultura es “de una administración municipal, es decir, es político; esto no es aislado, aquí los que mandan siguen siendo de la Alcaldía”. En esa misma grabación, se escucha una amenaza directa de Cañas contra los profesores, recordándoles que empezaría un año electoral:

    “Los que mantienen hablando mal de la administración, los que no se sienten parte de esta administración, pero trabajan en esta administración, esa gente muy seguramente la hacen de lado”.

    Finalmente, a principios de 2022, siete profesores no fueron llamados para la renovación de sus contratos laborales y cuatro más decidieron no continuar por solidaridad con sus colegas y estudiantes, cuyos procesos de formación y aprendizaje fueron suspendidos. Esto motivó protestas de más profesores, estudiantes y personas cercanas al sector cultural del municipio.

    El 6 de febrero, hubo una toma cultural, una marcha y un plantón para exigir soluciones. Aunque en un principio el alcalde Agudelo se mostró cercano a los reclamos de la gente e incluso aceptó las críticas y ofreció disculpas, posteriormente declaró que eso “era un ataque directo a su gestión, dirigida por sus detractores políticos”.

    “No se entablaron diálogos con el alcalde. Él lo que hizo fue un Facebook Live para ‘aclarar’, entre comillas, y básicamente lo que hizo fue atacarnos y decirnos que éramos ‘huérfanos políticos’, que muchos estábamos ahí simplemente por la oposición”, manifiesta Jaramillo.

    Acerca de la falta de espacios para discutir la situación del sector cultural en Girardota, Valeria Arenas, exprofesora de cuerdas tradicionales de la Casa de la Cultura, asegura que es necesario crear un Consejo de Cultura, donde pueda haber una “zona de diálogo” y los diferentes actores del sector “puedan expresar sus inconformidades abiertamente, sin que parezca algo personal”.

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    Fotografía: José Vallejo Úsuga.

    La unión del movimiento cultural

    Según Jaime Jaramillo, la situación reactivó iniciativas y movimientos culturales al margen de la administración local. La AMA en la que están trabajando ahora nació con el objetivo de ofrecer alternativas de calidad, especialmente a los estudiantes que decidieron retirarse de sus cursos en la Casa de la Cultura por lo que ha sucedido en los últimos meses.

    Para sus promotores, lo más importante es continuar con los procesos artísticos que acompañaron durante años. Restrepo aclara que esta iniciativa “no es una protesta ni una competencia con la Casa de la Cultura”, sino que lo define como una oportunidad para explorar nuevos panoramas artísticos en el municipio.

    Sin embargo, el sostenimiento de esta nueva escuela de artes representa un reto que va más allá de la voluntad de los profesores, teniendo en cuenta el desfinanciamiento que sufre el sector cultural en todo el país. Para este año, el Presupuesto General de la Nación destinó 565.000 millones de pesos a la cultura, lo que implica una reducción del 1.7 % en comparación con el presupuesto de 2021. Además, según el Dane, el año pasado se perdieron alrededor de 64.000 empleos debido al cierre de establecimientos culturales.

    “Yo creo que este nuevo proyecto es también por respeto a la comunidad, porque a través de los años han confiado en nosotros. Hemos hablado mucho del sostenimiento y sabemos que no es un negocio para llenarse de plata, sino para sostener un espacio que es lo que la gente nos está pidiendo”, asegura Restrepo.

    Por ahora, los docentes que conforman la AMA esperan financiar el proyecto por medio de las matrículas de los estudiantes y las convocatorias departamentales y nacionales. También buscan alianzas con empresas locales y fundaciones que puedan ofrecerles dotaciones de instrumentos. Pese al reto de asumir con sus propios recursos un proyecto de formación que debería ser responsabilidad del Estado, creen que es posible hacerlo sostenible siempre y cuando el gremio se mantenga articulado:

    “Estamos afuera, pero estamos todos unidos y eso es nuestro poder en este momento”, concluye Valeria.

     

    Melissa Téllez Hernández
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    Sara Mesa Pérez
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